La semana que termina se ha convertido, como cualquier elección presidencial, en una batalla continuada de encuestas. Las mismas dan invariablemente vencedora a la candidata de Partido de los Trabajadores (PT) con márgenes más que suficientes para poder gobernar. Sin embargo, subyace la duda de si habrá o no una segunda vuelta en las votaciones y si la candidata, Dilma Rousseff, mantendrá o no, de vencer, las políticas del Gobierno de Lula da Silva. La situación de la petrolera estatal Petrobras y la buena marcha económica del país contextualizan las elecciones. La semana que termina se ha convertido, como cualquier elección presidencial, en una batalla continuada de encuestas. Las mismas dan invariablemente vencedora a la candidata de Partido de los Trabajadores (PT) con márgenes más que suficientes para poder gobernar. Sin embargo, subyace la duda de si habrá o no una segunda vuelta en las votaciones y si la candidata, Dilma Rousseff, mantendrá o no, de vencer, las políticas del Gobierno de Lula da Silva. La situación de la petrolera estatal Petrobras y la buena marcha económica del país contextualizan las elecciones.
En los últimos años, con los Gobiernos de Inazio Lula da Silva y de Cardozo, Brasil se ha convertido en uno de los referentes económicos de América Latina junto a México, Argentina o Chile. El fuerte crecimiento de su economía ha situado al país entre los países emergentes y se cuenta con su opinión en foros internaciones como el G20. El seguimiento que se ha hecho de las elecciones que se celebran esta semana, y que dirimen una pugna entre los partidos gobernante y el del anterior Gobierno, muestran a las claras la importancia que el país ha adquirido.
Los últimos datos económicos hablan de la buena situación que vive la economía brasileña. En un solo mes, el real se ha apreciado un 3,37% frente al dólar. La ampliación de capital que realizó recientemente la petrolera brasileña, Petrobras, valorada en unos 20.400 millones de reales (52.117 millones de euros), ha sido una de las causas de la apreciación ‘indeseada’ del real. Según los analistas, la revalorización, depreciación y apreciación de la moneda es un juego político que Brasil pretende jugar con la depreciación del real. Se espera que tras las elecciones, el vencedor acometa dicha operación.
Petrobras, presidida por Sergio Gabrielli, ocupa actualmente el cuarto lugar entre las mayores empresas petrolíferas internacionales de capital abierto en el mundo. Y es por eso que el actual Gobierno la utiliza como símbolo del orgullo nacionalista y como un estupendo instrumento de penetración política.
En el diario argentino Clarín se explica que Lula insiste en decir cuando puede, que Petrobras se convertirá en la empresa que proyecte mundialmente a Brasil. Algunos expertos creen que en realidad la compañía esta cada vez adquiriendo una mayor importancia internacional.
Para el oficialismo la petrolera es una de sus grandes bazas electorales y es por esta razón por la que el Gobierno recuerda en los debates y en sus actos de campaña electoral que la compañía pasa por un buen momento, ya que en el último informe económico se muestra que Petrobras recaudó unos 70.000 millones de dólares (51.375 millones de euros) lo que supone la mayor capitalización de la empresa en la historia.
La oposición, principalmente constituida principalmente por el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), cuyo candidato es José Serra y el Partido Verde (PV) con Marina Silva, a su vez intenta evitar el tema de la situación económica de Petrobrás ya que resulta incómodo, según los expertos.
El hecho de que la petrolera pueda generar más empleo y dinero al norte del país, a lo que hay que incluir alguna que otra propuesta que podría desempeñar Rousseff, podría ofrecerle alguna ventaja a la candidata del PT, pero habrá que esperar hasta el domingo para llegar a un posible desenlace, siempre que la candidata de Lula consiga mas del 50% de los votos para así evitar la segunda vuelta.
