Despenalización en Uruguay

La medida de legalizar el consumo de la marihuana en Uruguay ha sido una de las medidas más polémicas de la época de José Mujica al frente del Ejecutivo. Y de todo el programa, la mayor controversia estaba en la venta en farmacias, cosa que Tabaré Vázquez ha decidido retrasar. Cuando empezaron a conocerse pinceladas de la legislación de Mujica, los propietarios de las empresas farmacéuticas se opusieron por razones de seguridad. Los defensores de la despenalización y algunos farmacéuticos le quitaron hierro al asunto y señalaron que en estos establecimientos se venden fármacos más fuertes que el cannabis.

El asunto quedó en que los consumidores tenían que estar registrados, y el tope máximo sería de 40 gramos. Pero el debate ha vuelto a salir a flote después de que el actual presidente, Tabaré Vázquez, haya asegurado que cumplirá la ley durante su Gobierno, una ley adoptada en diciembre del 2013.

Ya han pasado 989 días de aquella votación, aunque todo apunta, como señala El País a que habrá que esperar todavía más. De hecho, en declaraciones a la prensa local, el nuevo encargado de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, aseguró que “no hay prisa”.

Romani ha hecho estas declaraciones antes de viajar a Viena, donde defenderá el modelo uruguayo ante la comisión anual de la Junta de Estupefacientes de la Organizaciones de Naciones Unidas (ONU).

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Lo hace porque el organismo había expresado esta semana su gran preocupación por la despenilización de la marihuana y que esta experiencia “afectará negativamente a la lucha contra las drogas”.

De momento, la legalización del cannabis en el país latinoamericano es una realidad parcial: se puede cultivar (de hecho ya hay unos 2.000 inscritos, lo que son menos de los esperados) en el registro oficial y empiezan a prosperar los clubes de consumo por todo el país. Pero la venta farmacéutica sigue siendo un tema peliagudo.

La idea del expresidente Mujica era controlar la producción de la marihuana en la venta en farmacia para bajar los precios y luchar contra el mercado negro, pero el presidente Tabaré Vázquez llega con otras prioridades.

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