¿Vuelve la música disco? Quizá nunca se haya ido del todo. Al menos el deseo de bailar de muchos seres humanos y los sonidos rítmicos que ayudan a los interesados en conseguirlo. Como los que produce ahora el artista argentino Daniel Melero. ¿Vuelve la música disco? Quizá nunca se haya ido del todo. Al menos el deseo de bailar de muchos seres humanos y los sonidos rítmicos que ayudan a los interesados en conseguirlo. Como los que produce ahora el artista argentino Daniel Melero.
Compositor, productor, cantante y ahora ‘ritmatista’, o alquimista del ritmo, Melero se ha volcado en llenar las pistas de baile hasta la bandera con las canciones de ‘Disco’, su último álbum.
Una intención que comparte con otros notables como Jorge Drexler o Single, cada uno a su manera, que también parecen haber descubierto el placer de producir música para que baile el personal.
Además, para completar el cuadro, en sus últimas apariciones públicas, Melero parece el resultado de un cruce entre Depeche Mode y Johnny Cash. Un maestro de ceremonias alucinado y peligroso que intenta que su público se deslice por la pendiente de la diversión.
Y para conseguirlo, este avezado artesano del ruido está dispuesto a utilizar todos los trucos disponibles en el arsenal del ‘groove’, desde los bajos machacones y repetitivos hasta unos arreglos de cuerdas falsas que recuerdan a los mejores pasajes de la Electric Light Orchestra.
Siempre, claro, concediendo el máximo protagonismo a unos sintetizadores impregnados de la sabiduría de los viejos ídolos del tecno pop de los años 80. Desde The Human League o Heaven 17 a Ultravox, con y sin John Fox. Ahí es nada, primo.