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La presidenta Dilma Rousseff presiona a los bancos brasileños

Créditos más baratos

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff está dispuesta a todo con tal de sostener el crecimiento económico de su país que no termina de despegar en lo que va de año. Por ese motivo, cree que facilitando el créditos a las familias, ayudará a su economía. Rousseff tiene un arma muy poderosa para ello: dos bancos controlados por el Estado. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff está dispuesta a todo con tal de sostener el crecimiento económico de su país que no termina de despegar en lo que va de año. Por ese motivo, cree que facilitando el créditos a las familias, ayudará a su economía. Rousseff tiene un arma muy poderosa para ello: dos bancos controlados por el Estado.

Estas entidades bancarias son Banco do Brasil y la Caixa Económica Federal. El plan de la mandataria, según un informe de Credit Suisse es que estas entidades públicas reduzcan los tipos de interés que pagan para forzar a la competencia a que haga lo mismo con sus créditos. El movimiento, sin embargo, puede suponer una voluminosa reducción del beneficio neto de las compañías financieras privadas.

Según los cálculos de la entidad suiza por cada punto porcentual que se reduzcan los tipos de interés aplicados a los prestamos, la banca brasileña cederá un 9,56% de su beneficio estimado. Entre las entidades, a las que más puede afectar este entorno hostil están Itaú Unibanco, Bradesco y Santander Brasil.

Otros analistas, en cambio, aún reconociendo la dificultad del entorno competitivo en el que tendrán que jugar los bancos brasileños encuentran algunos factores positivos a medio plazo. Por ejemplo, el posible final de la escalada de la morosidad que empieza a alcanzar cifras muy altas.

Los guarismos hechos públicos por el Banco Central indican que los retrasos en los pagos superiores a 90 días afectaron en febrero al 5.61% del total de los créditos personales. Sólo ligeramente por debajo de las cifras récord del último cuatrienio alcanzada en febrero de 2009: un 5,82%.

Más aún en uno de los principales sectores del negocio, el correspondiente a los préstamos para la financiación de la compra de vehículos, la morosidad ha llegado al 5,5% y supera, la cifra del mismo mes de 2009 que era sólo de un 4,4%.

Como consecuencia de este irresistible ascenso de la morosidad, los bancos brasileños se han visto obligados ya a aumentar sus provisiones. Unos 6.000 millones de dólares de promedio. Una circunstancia que también presiona con fuerza a los beneficios.

Y la tendencia sólo podría romperse si Brasil recupera rápidamente la senda del crecimiento económico. A falta de datos oficiales, el consenso de los analistas apunta hacía un crecimiento del PIB de sólo el 0,5% para el primer trimestre del año.

Algunos análisis, más optimistas, creen que las medidas de estímulo y los recortes de la tasa selic (tipo de interés de referencia en Brasil) que ha aplicado la autoridad monetaria van a contribuir a que se frene la subida de la morosidad y los bancos se enfrenten a un escenario mucho más manejable.

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