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Rafael Correa quiere unir las principales bolsas de valores de Ecuador

Continúa la integración

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha anunciado esta semana que pretende realizar una integración operativa de las dos principales bolsas del país, la de Guayaquil y la de Quito, y convertirlas en sociedades anónimas. Según el mandatario, esto permitiría al mercado de valores ecuatoriano competir con otros parqués de Latinoamérica. Las intenciones de Correa coinciden con la integración de numerosas plazas bursátiles de la región, como la de Chile y Brasil, o la creación del llamado Mercado Integrado Latinoamericano (Mila). Rafael Correa quiere unir las principales bolsas de valores de Ecuador

Continúa la integración

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha anunciado esta semana que pretende realizar una integración operativa de las dos principales bolsas del país, la de Guayaquil y la de Quito, y convertirlas en sociedades anónimas. Según el mandatario, esto permitiría al mercado de valores ecuatoriano competir con otros parqués de Latinoamérica. Las intenciones de Correa coinciden con la integración de numerosas plazas bursátiles de la región, como la de Chile y Brasil, o la creación del llamado Mercado Integrado Latinoamericano (Mila).

La Ministra de Política Monetaria de Ecuador, Katiuska King, anunció el pasado lunes 10 de enero que el gobierno de Rafael Correa presentará en los próximos meses una reforma a la Ley del Mercado de Valores. Dicho proyecto estará encaminado a facilitar las transacciones entre las dos bolsas que existen en el país. Esto implicaría que si un inversor comienza una operación en Guayaquil, podría comprar acciones en Quito, y viceversa. En la actualidad, cada parqué ecuatoriano tiene su propio sistema.

Con la creación del mercado conjunto ecuatoriano se pretenden evitar los trámites que en la actualidad dificultan las operaciones bursátiles en el país, así como corregir una serie de problemas que existen en el sistema actual. En este sentido, se dotaría de una mayor transparencia a las empresas que cotizan en los parqués y a las operaciones que se realizan. También habría información pública sobre cada uno de los parqués que el interesado podría consultar libremente, y existiría un registro de las sociedades que operan en la bolsa.

También se facilitaría la entrada en el mercado de pequeñas y medianas empresas. Actualmente, las Bolsas de Valores de Guayaquil y de Quito están dominadas por las grandes compañías.

Además, hasta ahora los dos mercados de valores ecuatorianos son entidades sin fines de lucro, por lo que no pagan impuestos. Sin embargo, con la nueva ley cada una de las bolsas se convertiría en una Sociedad Anónima, y abonaría tributos al erario público.

Las bolsas ecuatorianas en conjunto tienen una capitalización bursátil de 4.953 millones de dólares (3.753 millones de euros). En ellas cotizan un total de 123 títulos. Durante el año 2010, se negociaron algo más de 31 millones de dólares (24 millones de euros). Los parqués de Ecuador se encuentran entre los más pequeños de todo el territorio de América Latina, si bien Venezuela, Bolivia, Costa Rica y Uruguay tienen una menor capitalización bursátil.

Por su parte, México es el país cuyo mercado tiene un mayor número de compañías listadas, con un total de 406 firmas. En el segundo puesto se encuentra Brasil, en cuya bolsa de valores hay 386 empresas. Por capitalización, Brasil es la mayor bolsa latinoamericana, con un total de 1,47 billones de dólares (1,11 billones de euros). El volumen total de negociación de este mercado es de 1,34 billones de dólares (1,01 billones de euros).

El anuncio de integración de los dos mercados ecuatorianos se produce en una época en la que parece estar de moda la ‘unión’ de las bolsas de valores latinoamericanas. En los dos últimos meses han sido varios los países de la región que han anunciado una serie de convenios con otros países, así como los mercados que han creado nuevas plazas bursátiles.

En este sentido, los dos acuerdos de integración más importantes en la región han sido los alcanzados por Brasil y Chile, por una parte, y por Chile, Perú y Colombia, por otra parte.

En efecto, Chile se ha ‘aliado’ con Brasil. La Bolsa de Valores, Mercaderías y Futuros brasileña, o BM&FBovespa, firmó el pasado mes de noviembre un acuerdo de operación conjunta con la Bolsa de Comercio de Santiago. Este acuerdo tiene por objetivo alcanzar la conectividad entre los dos mercados, lo que permitirá que corredoras de la bolsa de Santiago puedan enviar órdenes de compra y venta para la negociación de productos y activos brasileños listados en el Bovespa, y viceversa. También permitirá la distribución de información bursátil y el desarrollo de nuevos productos en el mercado chileno, como los derivados, instrumentos financieros de los que Brasil cuenta con una gran experiencia.

Tal y como afirmó entonces José Antonio Martínez, el gerente general de la plaza chilena, a los medios de comunicación locales después de la rúbrica del contrato, “el concepto es que para vender en Latinoamérica ya no sea necesario ir a Nueva York”.

Esta es la pretensión general de todos los acuerdos e iniciativas tomadas en los últimos dos meses por los mercados latinoamericanos. Hasta ahora, si un corredor de bolsa de una nación de América Latina quería comprar acciones que cotizaran en el mercado de otro país de la región, tenía que acudir, o bien a dicho mercado, o bien a Wall Street. Sin embargo, estos acuerdos de integración permitirán que los actores del mercado no tengan que acudir a Nueva York para realizar este tipo de transacciones.

Para tal fin, Colombia inauguró durante la segunda quincena de diciembre el llamado Mercado Global Colombiano (MGC), en lo que supuso un paso más hacia “la internacionalización del mercado colombiano”, según expresó el presidente de la BCV, Juan Pablo Córdoba.

El MGC es un conjunto de ‘blue chips’ o grandes compañías, principalmente estadounidenses, que se listarán en la Bolsa de Valores de Colombia. Estos valores se emitirán fuera de Colombia por emisores nacionales o extranjeros bajo una regulación diferente a la colombiana y no requieren inscripción en el Registro Nacional de Valores y Emisores. El mecanismo de negociación funcionará de manera exacta al de las acciones de empresas que están registradas como emisoras locales.

Juan Pablo Córdoba expresó que el MGC permite a los inversores colombianos acceder a activos financieros del mundo con los procedimientos locales. Los valores se negociarán en pesos y a través de un grupo comisionista local que custodia las acciones a través del depósito centralizado de valores.

Sin embargo, en una primera etapa sólo podrán acceder a los títulos listados en el MGC los inversores profesionales. Abrir el mercado a inversores minoristas dependerá de la eficacia de los patrocinadores para suministrar al mercado toda la información relevante de los títulos listados, para minimizar así los riesgos y facilitar la toma de decisiones.

Por su parte, las bolsas de Colombia, Chile y Perú firmaron el pasado mes de noviembre un acuerdo de integración, en lo que sería el denominado Mercado Integrado Latinoamericano, o Mila. Este mercado sería el mayor de los latinoamericanos por número de emisiones, con la cotización de más de 560 firmas, frente a las 406 compañías listadas en México y las 386 en Brasil. Además, alcanzaría una capitalización bursátil de 614.000 millones de dólares (466.931 millones de euros), el segundo mayor de la región después de Brasil, cuya capitalización asciende a 1,47 billones de dólares (1,11 billones de euros). Su volumen total de negociación llegaría a los 55.000 millones de dólares (41.826 millones de euros) al año, frente a los 1,34 billones de dólares (1,01 billones de euros) que se negocian al año en la plaza brasileña.

Si bien este convenio ha pasado algún que otro revés que le ha puesto en peligro, ahora todo parece andar sobre ruedas y la integración de las plazas bursátiles de Chile, Perú y Colombia está cada vez más cercana.

El pasado 20 de diciembre, los responsables de la bolsa peruana anunciaron que el parqué abandonaría temporalmente el proyecto por una falta de armonía fiscal en el tratamiento aplicado a las plusvalías bursátiles entre los tres socios. Dicha decisión se tomó después de que clausurara la legislatura anual de Perú sin haber aprobado un proyecto de reforma de ley concerniente a los impuestos que deben pagar los inversores por las ganancias de sus acciones.

En diciembre de 2009, se aprobó una ley según la cual los inversores que depositan sus finanzas en compañías domiciliadas en un país extranjero deberían pagar un 30% en cuestión de impuestos por las ganancias que obtuvieran por las acciones de dichas compañías. Por su parte, el impuesto que deben pagar las personas que ostentan valores de empresas peruanas es de un 5%. Tanto la bolsa de Colombia como la de Chile están exentas de este tipo de trabas a las inversiones.

Dicha ley se promulgó con la finalidad de incrementar los ingresos provenientes de los impuestos, y se produjo después de varias ventas de alto perfil de compañías del sector de los recursos naturales a capitales extranjeros en años anteriores, en las cuales no se pagaron impuestos a Perú.

Sin embargo, su resultado fue bastante negativo. Desde que se aprobó la llamada Ley de Impuestos a la Renta, la rentabilidad de la Bolsa de Valores de Lima ha experimentado un notable descenso. Si bien ésta ha sido bastante elevada, ha bajado a la mitad durante 2010 frente al año pasado, cuando no existía dicho impuesto. De esta forma, la rentabilidad registrada por la plaza bursátil peruana durante 2009 fue del 202%, mientras que la acumulada durante 2010 ha sido del 65%.

Por lo que el pasado mes de junio el gobierno peruano presentó al Congreso un proyecto de ley que buscaba simplificar la aplicación del impuesto sobre la renta y adecuarla a las prácticas de los mercados bursátiles internacionales. Este proyecto de ley unifica la tasa de impuestos al 5% para todos los inversores y para todo tipo de empresas.

La aprobación de esta reforma de ley era una condición indispensable, según el presidente de la Bolsa de Valores de Lima, Roberto Hoyle, para que Perú pudiera entrar en el Mila. De no ser así, la plaza bursátil limeña no tendría competitividad con respecto a sus contrapartes, Colombia y Chile, tal y como explicó el responsable el día que anunció la retirada de Perú de este proyecto.

De esta forma, una vez clausurada la legislatura anual del Congreso, sólo cabía la posibilidad de que fuera la Comisión Permanente de la Cámara Alta la que retomase la discusión de la ley. Esta Comisión Permanente puede votar y aprobar normas de carácter de urgencia.

A apenas tres días para que terminase el 2010, finalmente la Comisión Permanente del Congreso decidió aprobar dicha reforma. La iniciativa fue aprobada con once votos a favor y nueve en contra, y aplica un total de doce modificaciones a la citada ley con el objetivo de igualar en el país las condiciones para el pago de impuestos en las inversiones en acciones nacionales y extranjeras. De esta forma, los cambios aprobados permitirán que el pago de impuestos sobre lo invertido en valores extranjeros sea del 5%, al igual que sucede con los valores nacionales y en las plazas bursátiles de Colombia y de Chile.

Las presiones para que se aprobara dicha reforma han sido constantes desde que el pasado mes de junio el gobierno de Alan García la presentara ante el Congreso. Sin embargo, según la opinión de algunos analistas, ha sido necesario que la Bolsa de Valores de Lima diera un ‘susto’ de este tipo para que finalmente la aprobación llegase a buen puerto. “Roberto Hoyle trataba de usar alguna estrategia para presionar al gobierno a derogar esta ley”, ha comentado a Americaeconomica.com Claudio González, experto de la casa de análisis Tanner Corredores.

De esta forma, y una vez lograda la reforma de la Ley de Impuestos a la Renta, el pasado 3 de enero los responsables de la plaza bursátil peruana confirmaron la reincorporación de la misma al Mila.

Algo de gran importancia para Perú, ya que será el mercado más beneficiado por esta integración. De las tres bolsas que conformarán el Mila, la peruana es la más pequeña. De forma que, si no se hubiese aprobado la homologación tributaria, se hubiera perdido la posibilidad de atraer más inversores y de dinamizar el mercado de capitales peruano.

En efecto, en 2010 la Bolsa de Valores de Lima ha tenido un volumen de transacción por 4.200 millones de dólares (3.193 millones de euros). Por su parte, la bolsa colombiana ha transado acciones por un total de 25.000 millones de dólares (19.011 millones de euros), y la chilena por 45.000 millones de dólares (34.221 millones de euros).

Por su parte, las bolsas de Colombia y Chile no pusieron ningún tipo de impedimento a la reincorporación de Lima. Si bien habían confirmado entonces que continuarían adelante con el proceso de integración, las consecuencias que hubieran sufrido si finalmente Perú no hubiera entrado en el Mila habrían sido varias.

Si bien la salida eventual del mercado peruano no tenía relevancia en cuanto a la liquidez que tendrá el Mila una vez integrado, estos dos países sí pierden la posibilidad de tener un mercado más diversificado, sobre todo en el sector minero.

El 60% de la bolsa peruana está copada por compañías de dicho sector, algo que no existe en Chile y apenas comienza a tener presencia en Colombia. Por lo que el Mila daba a los inversores de ambos países la posibilidad de comprar acciones muy interesantes de empresas mineras que no pueden adquirir en sus mercados locales.

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