A casi dos años de las elecciones previstas para noviembre de 2021 en Nicaragua, los principales actores políticos de la oposición han comenzado este martes a realizar sus primeras maniobras políticas para definir posturas de cara a los comicios.
Las organizaciones opositoras Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que está encabezada por Juan Sebastián Chamorro y Carlos Tünnermann, y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), que aglutina a más de 90 organizaciones civiles, se encuentran actualmente inmersos en un proceso para formar una Coalición Nacional opositora.
Para ello, las diferentes agrupaciones políticas opositoras, que buscan hacer frente al presidente del país, Daniel Ortega, deben tomar una decisión antes del 25 de febrero, fecha límite establecida para la presentación de dicha coalición.
Este lunes, la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), que en los años 80 conformó la guerrilla conocida como la ‘Contra’, anunció que se unía a la Coalición Nacional para luchar contra lo que considera una «dictadura refinada».
«El método en los 80 fue la vía armada, el método armado ya no existe ni lo habrá tampoco, eso que quede claro», ha manifestado el líder de la FDN, Luis Fley, que ha criticado la integración de disidentes sandinistas a través de la UNAB.
A pesar de las dudas sobre una posible unión entre todas las fuerzas opositoras, las organizaciones han destacado que permanecen «juntas» en la demanda de una reforma electoral que cuente con la observación de organismos internacionales.
La presidenta del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), María Haydée Osuna, ha subrayado que los liberales apoyan la coalición y ha negado que tenga intención de sumarse a una alianza de centro-derecha. «No nos vamos a prestar para dividir la oposición», ha asegurado.
Para Osuna, es un «grave error» rechazar a los grupos o ciudadanos de tendencia izquierdista a la hora de unir a la posición dado que el frente común «el es Frente Sandinista».
«Nicaragua necesita unidad, todos nos necesitamos independientemente de las personas que están integradas en cada organización. Recordemos a las madres de todos los muertos en las protestas, que sin importar las ideologías políticas dieron su vida por lograr la democracia en este país», ha sostenido.
Sobre el proceso de adhesión de las diferentes organizaciones, el opositor e influyente comentarista Jaime Arellano, que permaneció nueve meses en el exilio, ha lamentado la «lentitud» con la que avanzan las conversaciones para formar la alianza.
Arellano, que salió del país en noviembre de 2018, aseguró entonces que abandonaba Nicaragua debido a la persecución a la que estaba siendo sometido él y su familia por parte del Gobierno.
ACERCAMIENTOS
Saturnino Cerrato, presidente del Partido Restauración Democrática (PRD), ha mantenido una serie de reuniones con representantes de la oposición, a quienes ha transmitido que está dispuesto a cederles su casilla electoral, la número 14.
La presidenta de Ciudadanos por la Libertad (CxL), Kitty Monterrey, que no se ha decantado aún por unirse completamente a Alianza Cívica, sí ha mostrado que está de acuerdo con las demandas realizadas para llevar a cabo reformas electorales integrales y observadas en el país.
En este sentido, ha señalado que se han producido acercamientos con la Alianza Cívica, si bien no ha llegado a definir sus alianzas electorales.
Por su parte, el vicepresidente de CxL, Óscar Sobalvarro, ha pedido a la Alianza Cívica, que surgió del primer intento de diálogo nacional con el Gobierno de Ortega durante la fuerte ola de protestas registrada en 2018, que defina si quiere ser un partido político, tal y como ha informado el diario local ‘La Prensa’.
A la espera de decidir si finalmente se une a la Coalición Nacional queda también el Movimiento Campesino, que a pesar de formar parte de la Alianza Cívica esperará hasta el 25 de febrero para revelar su postura, según ha apuntado su líder, Medardo Mairena.
Carlos Canales, presidente de la Alianza por la República (APRE), tampoco ha querido revelar su postura al respecto. El APRE, formación liberal-conservadora que se suma al Partido Liberal Independiente (PLI) en su ambigüedad a la hora de abordar el asunto, ha sido acusado por los críticos de Ortega de mantener una postura «colaboracionista con el régimen».
El líder de la Alianza Liberal Nicaragüense, Alejandro Mejía Ferreti, no ha tardado en expresar su simpatía con la coalición, pero ha puntualizado que prefiere esperar a recibir una invitación por parte de la Alianza Cívica y o la UNAB.
LOS CONSERVADORES SE DESMARCAN
Este mismo martes, los opositores conservadores ha presentado el Bloque Centro Derecha, que cuenta con el respaldo del presidente del Partido Conservador (PC), Alfredo César Aguirre, y que sería un nuevo componente de su proyecto de unidad opositora, la Unión de Centro Derecha, que se presenta como una opción que excluye a sandinistas y partidos de izquierda.
Dicho proyecto, que se desmarcaría de la Coalición Nacional, contaría con el apoyo y la aprobación del conservador Noel Vidaurre y el liberal Miguel Rosales. Según Aguirre, la decisión de alejarse del resto de la oposición se debe a que entienden que «no pueden formar parte de una coalición dominada por la izquierda». «Nosotros somos un partido de centroderecha», ha insistido.
Rosales, por su parte, ha relatado que la «idea que le expresaron es conformar un bloque sólido de acción y pensamiento de centro-derecha para la promoción y defensa de las demandas, necesidades y expectativas de la población nicaragüense como búsqueda de soluciones a la actual crisis política, social y económica» que atraviesa el país.
ORTEGA DICE ESTAR PREPARADO PARA LA VICTORIA
Ortega ha aseverado en varias ocasiones que su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), está preparado para ganar las elecciones de 2021.
«En el 2021 vendrán las elecciones y nosotros ya estamos preparados», declaró a mediados de 2019 en un discurso ante sus seguidores en Managua, la capital del país, para celebrar el 40º aniversario del triunfo de la Revolución Popular Sandinista.
Sobre esta cuestión, el mandatario ha recalcado que «como las últimas veces, el Frente Sandinista saldrá victorioso porque el pueblo nicaragüense ni se rinde ni se vende jamás». «Y de esa forma, ganando el pueblo, ganamos todos», destacó entonces.
CRISIS POLÍTICA
La crisis estalló en abril de 2018. Comenzó con protestas por una polémica reforma de la seguridad social que crecieron rápidamente hasta exigir la «democratización» de Nicaragua, en lo que ha sido el mayor desafío a Ortega en sus quince años de gobierno.
Más de 300 personas murieron y otras cientos fueron detenidas. Expertos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos que viajaron al país para constatar la situación interna han recomendado en un informe juzgar a Ortega por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la represión de las protestas.
El líder sandinista ofreció entonces un diálogo nacional que fracasó por su negativa a convocar elecciones anticipadas.
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