La Federación de Asociaciones de Periodistas (FAPE) se suma a la Federación Internacional de Periodistas (FIP), a la que está adscrita, y al Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) de México, también afiliado de la FIP, en la condena del terrible asesinato del periodista Santiago Barroso Alfaro, que constituye una más de las continuas vulneraciones al ejercicio de la libertad de expresión en México y a los derechos humanos de los periodistas. Esclarecer la autoría intelectual y material de este crimen, así como del resto de los asesinatos aún impunes, resulta imperioso para que el país norteamericano pueda restablecer condiciones dignas para el goce de derechos fundamentales de toda la población.
El SNRP denunció mediante un comunicado oficial que «por la naturaleza de los hechos, es evidente que se trató de un crimen premeditado y dirigido a acabar con la vida de nuestro colega periodista, por lo que exigimos se tome en consideración en las investigaciones un posible intento de acallar su labor como comunicador en la entidad».
El 16 de marzo, el periodista, quien había denunciado el día anterior la presencia de personas vinculadas a la trata de personas y al narcotráfico en Sonora, fuera asesinado en su domicilio. Su crimen constituye el segundo dirigido a comunicadores en menos de un mes en el país norteamericano
Santiago Barroso Alfaro, quien conducía el programa de radio «San Luis Hoy», dirigía el portal digital Red 653 y colaboraba en el semanarioContraseña, había dedicado su última columna en el medio digital a denunciar la permanencia del corredor San Luis Río Colorado (Sonora, México) – San Luis (Arizona, Estados Unidos) como vía de tráfico ilegal de personas y estupefacientes. En esta nota, Barroso había destacado que «hablar del emporio construido por Joaquín Guzmán Loera sin incluir a San Luis Río Colorado, sería una notable omisión» y que el narcotraficante, popularmente conocido como Chapo Guzmán, había cavado «al menos media docena de narcotúneles a lo largo de la frontera con San Luis, Arizona, con un valor de entre USD 2 a 3 millones de dólares». Algunos de estos narcotúneles, según denunciara el periodista, continúan activos.