Desde el fin de la llamada ‘ola progresista’ en América Latina, que marcó la primera década de este siglo, la izquierda regional quedó relegada a ser oposición, pero en el agitado 2020 recobró sus esperanzas con nuevos triunfos electorales.
En Chile se aprobó la propuesta de reforma constitucional impulsada por sectores izquierdistas, mientras en Bolivia volvió al Gobierno el Movimiento Al Socialismo (MAS), del expresidente Evo Morales (2006-2019).
Ya en 2019 había regresado el peronismo a Argentina con el triunfo de Alberto Fernández, lo que despertó las primeras esperanzas entre los sectores de izquierda latinoamericanos.
Líderes progresistas como el expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015) o el exmandatario colombiano Ernesto Samper (1994-1998), se animaron a pronosticar, en sendas entrevistas, el advenimiento una «nueva ola de gobiernos progresistas».
Con ellos coinciden otros políticos y analistas.
«Puede darse un cambio de signo político en América Latina. Estamos frente a un giro ideológico en Argentina, Bolivia y Chile. Además, tenemos países con ciertas posibilidades: Ecuador y Perú», dijo el excandidato chileno a la presidencia por el Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami, también uno de los fundadores del foro político latinoamericano Grupo de Puebla.
Por su parte, el sociólogo colombiano Javier Calderón Castillo, investigador de la Universidad de Buenos Aires, dijo que a pesar de que el progresismo estaba en retroceso en América Latina, la disputa entre la izquierda y la derecha nunca estuvo cerrada.
«El 2021 es el año para que la izquierda siga avanzando en América Latina. La candidatura de (Andrés) Arauz en Ecuador, la fórmula que respalda el expresidente Rafael Correa (2007-2017), va a ser muy importante. Si no tiene obstáculos, eso empezaría a cambiar la fisionomía de América Latina hacia una nueva etapa política del progresismo», afirmó.
Asimismo, señaló que «hay que esperar las elecciones del Perú donde los sectores progresistas vienen creciendo, especialmente la candidatura de (Verónika) Mendoza, que tiene posibilidades de triunfo».
MUJICA Y SAMPER
El 23 de octubre Mujica afirmó, en diálogo con Sputnik, que el progresismo tiene amplios chances de ganar las próximas elecciones de noviembre del 2021 en Chile, si logra unirse.
«Pienso que las fuerzas progresistas en ese país, si encuentran un margen de unidad, pueden tener las condiciones para ganar las elecciones. El problema va a depender de la posibilidad de unificarse», dijo a esta agencia el exmandatario.
Por su parte, el 19 de octubre Samper declaró a Sputnik que el resultado de las elecciones en Bolivia, con el triunfo de Luis Arce, del MAS, marca el comienzo de una nueva ola progresista.
«Es una buena noticia, no solamente para los bolivianos, que podrán seguir adelante con su proyecto democrático, sino para el resto de los países, que encontrarán nuevamente la posibilidad de una reafirmación democrática del progresismo», afirmó el también secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) entre 2014 y 2017.
DESGASTE
Calderón Castillo afirmó que en América Latina hay un desgaste «muy fuerte» de la propuesta neoliberal, especialmente en Bolivia y en Chile.
«Hay una posibilidad de retorno a los sectores progresistas. Viene avanzando esa posibilidad, aunque seguramente no va a ser tan rápidamente como ocurrió en la década pasada. Los sectores neoliberales son conscientes de sus dificultades y están tratando de impedir que esto ocurra», agregó.
Consideró que para las elecciones de Colombia de 2022 es «posible» que algún sector progresista gane; sin embargo, advirtió que queda pendiente Brasil.
«El gigante sudamericano es un país que definitivamente puede cambiar la correlación de fuerzas latinoamericanas y por ahora está en manos de la ultraderecha. Entonces va a haber avances, pero no completos. La disputa sigue en pie. Por ahora se está dirimiendo a favor de los sectores progresistas, pero todavía hay mucho por delante», afirmó.
OBJETIVOS
Por su parte, Enríquez-Ominami opinó que la izquierda debe recuperar la mayor cantidad posible de gobiernos para una «nueva integración continental».
«Es evidente que la integración comercial, la economía de valor, la moratoria en materia de deuda, gasto militar y la relación con EEUU se van a resignificar porque la izquierda va a apostar a la justicia social más que a la eficiencia económica», agregó.
Sostuvo que el aumento de las posibilidades para la izquierda se debe a que los gobiernos de derecha o liberales no cumplieron sus promesas de prosperidad en Argentina, Bolivia, Chile y Ecuador.
«Además, el progresismo latinoamericano aprendió la lección: entendió que tiene que cambiar la institucionalidad, luchar por la justicia social y atender las demandas de las clases medias», expresó.
Argentina, Bolivia, México, Venezuela, Nicaragua, y Cuba son los países latinoamericanos que actualmente, aunque con diferentes enfoques, tienen gobiernos de izquierda.
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