El exministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Sérgio Moro, ha desvelado una conversación mantenida a primeros de marzo con el presidente, Jair Bolsonaro, en la que éste le habría pedido expresamente tener el control de la Policía Federal en el estado de Río de Janeiro, según el testimonio que ofreció a las autoridades el sábado y que se ha hecho público este martes.
«Moro, tú tienes 21 superintendencias, yo tan sólo quiero una, la de Río de Janeiro». Este es el mensaje que según el antiguo titular de Justicia habría recibido en el mes de marzo a través de un mensaje de WhatsApp cuando se encontraba en Washington de viaje oficial con el que fuera director general de la Policía Federal, Maurício Valeixo, cuyo cese por parte de Bolsonaro adelantó la dimisión de Moro.
La Fiscalía brasileña se encuentra en estos momentos investigando estas supuestas injerencias de Bolsonaro dentro de las fuerzas de seguridad, después de que uno de los primeros cambios ordenados por el nuevo jefe de la Policía Federal, Rolando Alexandre de Souza, haya sido cambiar de puesto al todavía responsable en Río de Janeiro, Carlos Henrique Oliveira, quien pasará a la subdirección nacional de la institución.
En su testimonio a la Fiscalía, Moro apuntó que los primeros intentos de Bolsonaro por reemplazar al director de la Policía en Río de Janeiro comenzaron en agosto de 2019 cuando el propio presidente solicitó «verbalmente» la destitución de quien por entonces ocupaba el cargo, Ricardo Saadi.
Tanto en esa ocasión como ahora, Bolsonaro, continuó Moro, propuso la candidatura del comisario Alexandre Ramagem, cuya amistad con la familia Bolsonaro, en especial con dos de sus hijos, es públicamente conocida, tal y como apuntan los medios brasileños.
Si bien tras la salida de Saadi fue finalmente Oliveira, Bolsonaro lo volvió a intentar en esta ocasión con Ramagem, cuyo nombramiento acabó siendo finalmente anulado por el Tribunal Supremo de Justicia, debido a la estrecha relación que mantenía con dos de los hijos de Bolsonaro, quienes a su vez están siendo investigados.
Moro contó a los investigadores que en un primer momento pensó en aceptar y así «evitar un conflicto innecesario», aunque finalmente optó por bloquear la candidatura de Ramagem pues no sólo no había sido una elección de la Policía Federal, sino que además los vínculos con la familia Bolsonaro eran conocidos públicamente, trabajó en la organización de la seguridad personal de Bolsonaro durante la campaña electoral, lo que podría acabar «perjudicando incluso al presidente».
Después de que Moro asegurara el sábado que varios ministros habían sido testigos de estas «presiones», la Fiscalía también ha solicitado autorización al Tribunal Supremo para entrevistar a miembros del equipo de Bolsonaro, como los titulares de Presidencia, Walter Braga Netto, o el de Seguridad Institucional, Augusto Heleno.
Bolsonaro, que en todo momento ha negado estas acusaciones, ha cargado nuevamente contra la prensa este martes, a la que ha acusado de mentir, e, incluso, ha mandado «callar la boca» a los periodistas que intentaron en varias ocasiones formularle preguntas sobre la destitución de Oliveira.
Moro se convirtió en una de las principales apuestas de Bolsonaro cuando asumió el cargo de presidente de Brasil, después de que este magistrado se diera a conocer por encabezar el equipo especial anticorrupción del caso ‘Lava Jato’, que acabó con la condena de varios políticos, entre ellos el del expresidente de Brasil Lula da Silva.