El Comité Cívico Nacional de Bolivia ha solicitado este martes que se suspendan las elecciones generales, previstas para el 6 de septiembre, y que vuelvan a convocarse cuando los expertos crean que es «seguro», debido a la situación de la pandemia de coronavirus en la nación andina.
«Exigir una anulación del proceso electoral del 6 de septiembre de 2020 y realizar una nueva convocatoria a proceso electoral cuando las entidades técnicas médicas a cargo de la pandemia lo consideren seguro», ha indicado la agrupación en un comunicado leído en La Paz y recogido por el diario ‘El Deber’.
El comité científico que asesora al Gobierno de Bolivia en la lucha contra la pandemia ha aconsejado al TSE este mismo martes retrasar las elecciones, en el marco de la pugna entre oficialismo y oposición por la fecha de los próximos comicios.
«Se debería esperar a que la curva epidemiológica de casos activos tenga una disminución sostenida por un lapso de 14 días», ha dicho el comité científico en una carta enviada al presidente del TSE, Salvador Romero.
Por otra parte, los representantes departamentales de varias regiones del país también han instado al Tribunal Supremo Electoral (TSE) a que anule la personalidad jurídica del partido del expresidente Evo Morales, Movimiento al Socialismo (MAS), porque su candidato a la Presidencia, Luis Arce, difundió los datos de una encuesta.
Las alianzas políticas Juntos y Creemos han presentado una denuncia formal ante el TSE contra Arce para impugnar su candidatura por el mismo motivo. También piden la anulación de la personalidad jurídica del MAS.
Actualmente, los casos de coronavirus en Bolivia van en aumento con la previsión de alcanzar el ‘pico’ de la curva de contagios en las próximas semanas. De acuerdo con el Ministerio de Salud, en las últimas 24 horas se han registrado 1.409 nuevos positivos y otros 67 decesos, para un total de 60.991 infectados y 2.218 fallecidos.
Estos comicios estaban previstos para el 3 de mayo pero fueron pospuestos ‘sine die’ a causa del coronavirus. Una vez iniciada la desescalada, en mayo, la oposición boliviana –que es mayoría en el Congreso– presionó para fijar una nueva fecha, el 6 de septiembre, que fue aceptada por el Gobierno interino, aunque a disgusto.
Con esta votación, Bolivia aspira a superar la crisis desatada con las elecciones presidenciales del 20 de octubre. La Organización de Estados Americanos (OEA) confirmó «irregularidades» en el proceso electoral, propiciando la dimisión del entonces mandatario, Evo Morales. Más de 30 personas murieron por los disturbios en las calles.
Jeanine Áñez asumió las riendas del Gobierno interino, si bien para mantenerse en el cargo tendrá que enfrentarse en las urnas a Luis Arce, candidato presidencial del MAS de Morales, así como a otros aspirantes ‘antimasistas’ como Carlos Mesa o Luis Fernando Camacho.
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