El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha advertido este domingo que ha llegado «al límite» en referencia a lo que considera interferencias políticas del Supremo Tribunal Federal o del Parlamento en su acción de gobierno y ha apelado a las Fuerzas Armadas que «están con el pueblo».
En una nueva concentración de cientos de sus seguidores ante el Palacio Presidencial de Brasilia, Bolsonaro ha pedido a Dios «que no tengamos problemas esta semana» porque «la Constitución será cumplida a cualquier precio».
«Sabéis que el pueblo está con nosotros. Las Fuerzas Armadas están con la ley, con el orden, con la libertad y también están a nuestro lado (…). Pido a Dios que no tengamos problemas esta semana porque hemos llegado al límite. No tenemos más conversación. De aquí en adelante no solo exigiremos, sino que haremos cumplir la Constitución», ha subrayado.
En particular, Bolsonaro se ha referido a la intervención del Supremo Tribunal Federal para frustrar el nombramiento de Alexandre Ramagen al frente de la Policía haciéndose eco de las sospechas del exministro de Justicia e Interior Sergio Moro, quien apuntó que Bolsonaro podría estar buscando controlar la el cuerpo de seguridad nombrando a un amigo.
«Mañana nombraremos al nuevo director de la Policía Federal y Brasil seguirá su rumbo», ha anunciado Bolsonaro en redes sociales. Según Moro, antiguo aliado de Bolsonaro, el presidente pretendía tener acceso y controlar las investigaciones abiertas a sus hijos y a políticos afines.
«Basta de interferencia. No vamos a permitir más interferencias. Se ha acabado la paciencia. Vamos a llevar a este Brasil para adelante», ha remachado durante la manifestación.
Bolsonaro ha defendido estas muestras de apoyo convocadas «por la gobernabilidad, la democracia y la libertad», según el propio Bolsonaro.
Moro fue el fichaje estrella del Gobierno de Bolsonaro, ya que fue el juez que condenó por corrupción al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Entonces esgrimió que asumía el cargo para continuar su lucha anticorrupción desde otro frente. Ahora ha esgrimido que su dimisión era necesaria para «preservar» su propia «biografía».
La salida de Moro ha supuesto un varapalo para el Gobierno, ya que se produce además poco después de que el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, fuera cesado por sus discrepancias con el presidente en torno a la gestión de la crisis del coronavirus.
Brasil ha confirmado 96.559 casos positivos de coronavirus y 6.759 muertes relacionadas directamente con la nueva enfermedad y es de largo el país más afectado de América Latina.