Todo pasa

El incontrastable devenir de las agujas del reloj, el tiempo, inexorablemente, pasa, así están dadas las cosas, y si el mundo nos da sorpresas, qué diremos de esta. Cuba, ya sin Fidel, parece encaminarse hacia la apertura, abriéndose al mundo. El incontrastable devenir de las agujas del reloj, el tiempo, inexorablemente, pasa, así están dadas las cosas, y si el mundo nos da sorpresas, qué diremos de esta. Cuba, ya sin Fidel, parece encaminarse hacia la apertura, abriéndose al mundo.

Con la llegada del pragmático Raúl Castro, el país no solo toma protagonismo en la región, vuelve a coquetear con la Unión Europea y de a poco vislumbra el final del embargo estadounidense.

Lentamente, Raúl trastocó luchas políticas por reformas económicas, camino lento, sinuoso el llamado -actualización del socialismo- que sufrió críticas hasta de lo más profundo del régimen, sin embargo, la asfixia financiera y el cada vez más deshilachado discurso, el régimen, sin luz al final del túnel, giró repentinamente 360 grados abriéndose al mundo, buscando el soporte internacional, bajando a papel, las inversiones extranjeras son bienvenidas.

Sin lugar a duda, además del recogimiento de Fidel Castro, es menester declarar que la desaparición de Hugo Chávez Frías ha debilitado el bloque bolivariano, sin olvidar que varios sectores de la sociedad cubana, especialmente los jóvenes, han sacudido el polvo de la tan ansiada democracia.

Vale considerar un par de situaciones que convierten en exitosos los primeros pasos en política exterior, a pesar de que el PC y las FAR, todavía dominan la escena, así, el gobierno de Raúl Castro, jugó como garante del proceso de paz en Colombia y como anfitrión de la reciente cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Rápido de reflejos, Raúl Castro, no dejó pasar esta oportunidad, y en un mano a mano con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, aprovechó el momento a los efectos de recomponer definitivamente sus relaciones con México, el país de América latina que más apoyó la revolución cubana, y con el que el diálogo se había ensombrecido desde aquella frase de grandes titulares «Comes y te vas» que le enrostró el presidente Vicente Fox Quesada a Fidel Castro, en Monterrey allá por el 2002.

Indudablemente con el retorno del PRI al poder, La Habana recupera un viejo aliado. Como muestra, vale un botón, el presidente Enrique Peña Nieto condonó el 70% de la deuda cubana, unos 340 millones de dólares. México -tercer socio comercial de la isla tras Venezuela y Brasil- vuelve a ser protagonista en Cuba.

Por si fuese poco, el otro peso pesado de la región, Brasil, de la mano de su presidenta, Dilma Rousseff, se muestra a apostar fuerte por la isla. La mandataria brasileña aprovechando su asistencia a la cumbre de la Celac pasó a inaugurar la primera fase de las obras del Puerto de Mariel, cercano a La Habana, llevado a convertirse en el nuevo emblema industrial de la isla. Obedrecht, el gigante brasileño de la construcción, invirtió más de 1.000 millones de dólares en la remoción de uno de los mayores puertos del Caribe.

No dudamos de que para Brasil, la jugada es de ida y vuelta, al posibilitar el acceso a un importante número de sus empresas a un ‘megapuerto’ desde el que exportar a toda América Central y el Caribe, mientras que para Cuba supone la puesta en marcha de una carta por demás fuerte de Raúl: convertir una raquítica rada en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), con la que el Gobierno cubano espera atraer inversiones y generar empleo.

Las buenas nuevas para La Habana no se paralizan. Luego de años de distanciamiento, la Unión Europea se propuso dar un giro a su relación con Cuba y descongelar las relaciones.

Vale destacar que la UE rebota en un contexto de apertura de Cuba a las inversiones extranjeras, apuntando a la región y a China . Cuba, apuesta al turismo, destino requerido para los negocios europeos, varias cadenas españolas, especialmente radicadas en la Fortaleza Caribeña, observan atentamente los acontecimientos por venir.

Hasta que el acuerdo no se concrete, rige la llamada ‘Posición Común’, política unilateral impuesta por la UE hacia Cuba en 1996 a propuesta de por el entonces presidente del gobierno español José María Aznar López , mantenida hasta el momento, flexibilizada en 2008 cuando el bloque reanudó su contacto y la cooperación con Cuba, justamente a los dos años de que Raúl Castro asumiera la presidencia y comenzara un largo camino hacia la apertura.

Así, la UE podrá negociar a cara descubierta con el Gobierno cubano acuerdos comerciales y temas políticos de interés mutuo. Al momento, el Ejecutivo de Cuba no tenía canales formales, debido a que los avances del diálogo estaban supeditados a las mejoras de los derechos humanos en la isla. Discusión, que bajada a papel, suponía un bloqueo de las relaciones bilaterales.

Al manifestar una posición más sólida en América latina y ser reconocido por todos los países, y al contar con aliados como Brasil y México, Cuba, indudablemente potencia su posición frente a la UE. La apertura económica y la concesión de mayores libertades individuales [derecho de viajar, de tener negocios, etcétera] son interpretadas por Bruselas como una positiva señal. Es por el contexto regional y por las reformas en Cuba por lo que la UE decidió negociar un acuerdo de cooperación y diálogo político con la isla.

Sin embargo, la mira de La Habana está puesta en Estados Unidos, siempre fue la obsesión de Fidel Castro. El embargo económico asfixia a la isla caribeña desde hace más de medio siglo. De ahí que cualquier señal de distensión proveniente del Norte sea puesta bajo lupa en los despachos y pasillos invulnerables del Palacio de la Revolución.

Todos miran a La Florida, baluarte de importantes hombres de negocios cubanos, algunos calificados como influyentes en el empresariado americano, y que han hecho pública declaraciones de que si estuviesen dadas las condiciones, estarían dispuestos a analizar la posibilidad de invertir en la isla, anhelando un cambio de rumbo en la política de EEUU hacia Cuba, los números avalan esta idea, ultimas mediciones muestran que casi el 58% de los estadounidenses apoyan ese golpe de timón.

Pues bien, señores, estamos en presencia de momentos de cambio, profundos, cuanto menos. Cuba, cuna del comunismo regional, adalid del socialismo del siglo XXI, mueve sus piezas, y de qué forma.

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