Y llegó el momento tan esperado, tan particular, en el que el chileno José Miguel Insulza fue reelegido en el cargo de secretario general de la OEA para el periodo 2010 2015 en una Asamblea General Extraordinaria en la que misteriosamente no disputó el liderazgo ningún otro candidato, con el antecedente, cierto, de que el saliente presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, podría dirimir el voto ante Insulza, quien a pesar de haber recibido el apoyo unánime de los 33 países miembros activos de la OEA, algunos han dejado bien en claro que su apoyo era condicionado, situación no del todo clara, lo que implica que el camino a transitar por Insulza no será tan fácil de recorrer como parece, sino que, seguramente aparecerán grietas y obstáculos políticos, que deberá sortear en su devenir. Y llegó el momento tan esperado, tan particular, en el que el chileno José Miguel Insulza fue reelegido en el cargo de secretario general de la OEA para el periodo 2010 2015 en una Asamblea General Extraordinaria en la que misteriosamente no disputó el liderazgo ningún otro candidato, con el antecedente, cierto, de que el saliente presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, podría dirimir el voto ante Insulza, quien a pesar de haber recibido el apoyo unánime de los 33 países miembros activos de la OEA, algunos han dejado bien en claro que su apoyo era condicionado, situación no del todo clara, lo que implica que el camino a transitar por Insulza no será tan fácil de recorrer como parece, sino que, seguramente aparecerán grietas y obstáculos políticos, que deberá sortear en su devenir.
Insulza, quien contaba desde hace semanas con más que suficientes apoyos para ser reelegido cómodamente, al inicio de la Asamblea se aseguró el fundamental voto de EEUU y el respaldo de Ecuador y de Perú.
Los díscolos Venezuela, Nicaragua, Canadá y EEUU, los que no habían revelado cuál iba a ser su decisión, se sumaron finalmente al consenso, aunque expresaron antes del inicio de las elecciones sus críticas a la OEA y su deseo de cambio; por su parte Bolivia se abstuvo de votar, pero aclaró, por medio de su ministra Nardy Suxo Itrurry, que el país del altiplano no se oponía a la reelección del chileno.
A efectos de dejar clara su posición Venezuela por intermedio de su embajador ante la OEA, Roy Chaderton, advirtió de que el organismo corre el peligro de sumarse en la «irrelevancia» por no escuchar los planteamientos de ciertos países con ideas distintas.
El Gobierno venezolano ha manifestado en reiteradas ocasiones quejas sobre los «desajustes» existentes en el organismo, afirmando que la OEA «debe acostumbrarse a las coincidencias y disidencias», y destacó que tiene una Carta Democrática Interamericana que comienza a ser puesta en duda «por factores que aspiran a intervenir con mayor poder en las democracias disidentes», recordando el golpe de Estado en Honduras en junio del año pasado.
Nicaragua definió su postura crítica vía su representante permanente Denis Moncada, mostrando su oposición a una reforma de la Carta, la cual, dijo, ha sido «prácticamente anulada por golpes de Estado en Venezuela (2002) y recientemente en Honduras.
Nicaragua considera que más que reformar la Carta, como propuso Insulza días atrás cuando presentó su programa ante el Consejo Permanente, los países deben «sumar voluntades» y solidaridad para «defender la soberanía, la integridad territorial, la independencia y la autodeterminación de los países y rechazar la intervención e injerencias en asuntos internos de los Estados miembros.
La otra cara de la moneda fue representada por Chile y EEUU, los que dejaron bien en claro que su apoyo está supeditado a que el secretario general envíe fuertes señales a efectos de apoyar la democracia en la región, las que consideran peligra en algunos países de la región, en referencia gris a Venezuela, Nicaragua, entre otros, a efectos de reafirmar su postura el flamante canciller chileno Alfredo Moreno destacó que la gran responsabilidad para el nuevo mandato de Insulza debe contribuir de manera eficaz a promover y defender la democracia en el marco de un pleno y ferviente respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
El chileno necesitaba reunir como mínimo 18 votos para ser reelegido para otro periodo de cinco años, sin embargo salvo la abstención de Bolivia, fue reelegido por unanimidad
En la Asamblea General Extraordinaria no se produjeron sorpresas y finalmente no se presentó ningún otro candidato, pese a que se había especulado con que esa posibilidad pudiera darse, sobrevolaba el nombre del ex presidente uruguayo Tabaré Vázquez, quien con el correr de los día fue perdiendo aire hasta desaparecer en el espacio.
El chileno dijo recibir el apoyo de los países con «mucha humildad pero también con mucha alegría y afecto», y al tiempo que reconoció que a veces hay «diferencias» entre los Estados miembros, reiteró su compromiso de hacer un esfuerzo por mejorar la organización, fortalecer sus mecanismos y luchar por la vigencia de la democracia y de los derechos humanos en el continente.
Pues bien, llegó la hora de la verdad, se verá en el césped si segundas partes fueron buenas, ó mejores, ó quién sabe, sólo al recorrer el camino se verá, por lo pronto y como premonición, no será para nada sencillo, jugadores a jugar la partida.