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Ciencia y razón

Réquiem por claude levi-strauss

Hace tan solo unos días fallecía en su residencia de Côte d´Or, Claude Levi-Strauss. Había nacido hace un siglo, más o menos, en Bruselas, y estaba considerado como el antropólogo más importante en estos momentos. Fue en Brasil donde descubrió su pasión por el estudio del mestizaje y la desaparición de culturas y civilizaciones. Hace tan solo unos días fallecía en su residencia de Côte d´Or, Claude Levi-Strauss. Había nacido hace un siglo, más o menos, en Bruselas, y estaba considerado como el antropólogo más importante en estos momentos. Fue en Brasil donde descubrió su pasión por el estudio del mestizaje y la desaparición de culturas y civilizaciones. La Segunda Guerra Mundial la pasó en Estados Unidos donde conoció a Andre Breton y al exilio europeo. Escribió multitud de obras desde “Vida familiar y social de los indios Nambikwara” en 1948 hasta “Saudades del Brasil” en 1994. Tal vez, sus obras más conocidas han sido “Estructuras elementales del parentesco” de 1949, “Tristes trópicos” de 1952 y la “Antropología estructural” de 1958.

Se ha calificado a “Tristes trópicos” como un diario intelectual, en donde un antropólogo cuenta sus experiencias íntimas y donde un hombre de cultura contempla la agonía de otras culturas, al tiempo que nos da cuenta de su fascinación por la inmensa riqueza musical, lingüística y estructural de los mitos y leyendas de otras civilizaciones. Fue reconocido universalmente en los años 60 y 70 del siglo pasado, cuando ya maduro comenzó a entrar en el panteón de los hombres ilustres de su tiempo. Desde hacía unos veinte años, más o menos, sin abandonar definitivamente el trabajo, se alejó parcialmente de la vida intelectual. En cierto sentido se le puede calificar también como moralista, pues denunció insistentemente que la ferocidad de nuestras civilizaciones termine destruyendo el planeta, después de haber destruido culturas y civilizaciones. Una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, la gran moda en Francia fue el existencialismo de Sartre y de Camus. Después vino una generación, que hizo triunfar el estructuralismo, es la época de Louis Althusser, Jacques Derrida, Michel Foucolt, Gilles Deleuze, Jacques Lacan y Roland Barthes.

Es también la época de la Lingüística, por influencia sobre todo de Saussure. Levi-Strauss, a través de su “Antropología estructural” establece un contacto entre su pensamiento y la lingüística, aunque hay que reconocer que esta disciplina no es la única referencia fundamental para aclarar el pensamiento del antropólogo. En él influyeron Freud, Marx y Rousseau. Mantuvo un contacto intelectual con la lingüística de Jakobson, a quien encontró en la Escuela de Altos Estudios de Nueva York a finales de 1943. Los conceptos de fonema, de sincronía y de diacronía resultan particularmente vulnerables en el pensamiento de Levi-Strauss. “Incluso con respecto al concepto de comunicación, la utilización que Levi-Strauss ha hecho de la lingüística es incorrecta”, así se manifiesta Georges Mounin.

En un artículo de 1951 pone la bases de un isomorfismo entre estructura del parentesco y estructura del lenguaje, ya que ambos son tipos de comunicación. El artículo concluye afirmando que “nunca insistiremos bastante en el carácter precario e hipotético de esta reconstrucción”. Con ocasión de la ceremonia en la que recibió la medalla de oro del C.N.R.S., Levi-Strauss hizo una advertencia con respecto al estructuralismo, “del que la moda tiene demasiada tendencia a apropiarse”. “El estructuralismo no es responsable de los abusos que se cometen con tanta frecuencia en su nombre”. Y añadía que “el estructuralismo sanamente practicado no aporta un mensaje, no dispone de una llave capaz de abrir todas las cerraduras, no pretende formular una nueva concepción del mundo, y se guarda de pretender formular una terapéutica o una filosofía”.

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