Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Ciencia y razón

En el centenario de Ionesco

Hace muy pocos días que se ha cumplido el centenario del nacimiento en Slatina (Rumania), de Eugéne Ionesco. Se trata del autor más importante y más conocido del llamado teatro del absurdo. En realidad fueron dos autores los que crearon esta modalidad teatral, el otro fue Samuel Beckett. Es curioso que los dos vivían en Paris y los dos escribían en francés. Y así han pasado a la historia de la literatura francesa. Pero el primero era, como hemos visto rumano, y el segundo, irlandés. Hace muy pocos días que se ha cumplido el centenario del nacimiento en Slatina (Rumania), de Eugéne Ionesco. Se trata del autor más importante y más conocido del llamado teatro del absurdo. En realidad fueron dos autores los que crearon esta modalidad teatral, el otro fue Samuel Beckett. Es curioso que los dos vivían en Paris y los dos escribían en francés. Y así han pasado a la historia de la literatura francesa. Pero el primero era, como hemos visto rumano, y el segundo, irlandés.

¿Qué era el teatro del absurdo? Fue una moda, tal vez una escuela literaria, que ponía en escena lo mas profundo, lo mas descarnado de la condición humana. Era un teatro sin esperanza. Europa había conocido la Segunda Guerra Mundial, que había terminado en 1945. Y aquella Europa estaba destruida y agonizante.

De hecho, la guerra había tenido dos vencedores. Uno sobre todo: Estados Unidos. Y el otro, la Unión Soviética. Europa había perdido la guerra. Y había dejado de ser una potencia. Como sucede hoy. Se habla de posibles nuevas potencias. Entre los nombres aparecen, China, en primer lugar. Después, tal vez, India o Rusia. Y, muy en el horizonte, Brasil. Pero Europa no aparece por ninguna parte. Lo mismo que cayó el imperio romano y más tarde el Imperio español. Ahora, era el fin de Francia y de Inglaterra como grandes potencias. Y ese pesimismo, esa manifestación de lo absurdo de la existencia lo ha reflejado, con un especial dramatismo, el teatro del absurdo. En algún sentido y de alguna forma, este teatro refleja lo que fue en filosofía Sartre y Camus. Si este ultimo sostenía que una explicación completamente racional del universo estaba mas allá del alcance de la razón humana, en cierto sentido, el mundo debe ser considerado como un absurdo. Y, en consecuencia, la propia existencia del hombre.

Fue Martin Esslin quien acuño el término teatro del absurdo entendiendo por tal el que “consiste en expresar el sentir del sinsentido de la condición humana, así como lo inútil del pensamiento racional proponiendo un abandono absoluto de la razón”. Si bien a Ionesco este termino no le gustaba, con el mismo ha pasado a la historia de la literatura y del teatro. Otras de sus obras fueron “Las sillas” (1951), “El rinoceronte” (1959), “El rey se muere” (1962) y “El juego de la peste” (1970). Ionesco murió en 1994 y esta enterrado en el cementerio de Montparnasse en Paris.

Las obras de Ionesco llegaron pronto a España. “Las sillas” fue estrenada en 1957. “El rinoceronte” se estreno en el Teatro Maria Guerrero en 1961. “El rey se muere” fue estrenada en Madrid en 1964, poco después de que Alec Guinness lo hiciera en Inglaterra e Ingman Bergman en Suecia. Aquí fue calificado como “un poema estremecedor, duro, pavoroso, a ratos tan grave como Shakespeare y a ratos tan aleccionador como Calderón”. Más no se podía decir de un autor y de una obra. Pero el teatro del absurdo pasó como una faceta más en la historia de la literatura y en la historia del teatro. Fue una época que a los que la vivimos nos parece ya lejana y distante. Y el teatro del absurdo contribuyo a calificar y a caracterizar aquellos tiempos, en algún sentido muy distintos de los nuestros y en otros iguales o casi iguales, porque la condición humana, como diría Malraux, es siempre la misma.

Más información

Scroll al inicio