Las cartas sobre la mesa, el Gobierno colombiano y las Farc -Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- se ven cara a cara, frente a frente, según lo esperado, a efectos de abrir el diálogo, el cuarto proceso de negociaciones por la tan preciada paz, buscada inútilmente desde los 80, después de… Las cartas sobre la mesa, el Gobierno colombiano y las Farc -Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- se ven cara a cara, frente a frente, según lo esperado, a efectos de abrir el diálogo, el cuarto proceso de negociaciones por la tan preciada paz, buscada inútilmente desde los 80, después de tres intentos fallidos a lo largo de 30 años, tratarán de llegar a un acuerdo primario que permita poner fin a casi medio siglo de lucha armada.

Oslo es el punto culminante tras casi dos años se contactos secretos y seis meses de reuniones reservadas en La Habana que culminaron exitosamente en agosto pasado, donde se llegó a un acuerdo: sentarse a negociar con una agenda de cinco puntos.

Las pláticas tendrán lugar en el Hotel Hurdal, situado en las afueras de la ciudad, marco propicio a las deliberaciones.

El gobierno de Santos y los jefes de la guerrilla han convenido que las negociaciones requieren discrecionalidad y profesionalismo a los efectos de no entorpecer la marcha del proceso, llevando el riesgo al mínimo, centrarán su lupa, además, sobre la manera en que se maneje la prensa, al respecto. De acuerdo a la agenda se da por sentado que las discusiones no sean un camino de rosas, ya que se definirán aspectos logísticos del diálogo, preparando el terreno a mantenerse en el futuro en La Habana, donde se realizará la negociación. De esta manera quedaron en el tiempo aquellas primeras pláticas exploratorias que las FARC sostuvieron con el Gobierno Colombiano en Cuba, semanas atrás, en las que se establecieron los puntos a discutir -el problema agrario, la participación política de los guerrilleros, el narcotráfico, el fin del conflicto y la situación de las víctimas-. Queda claro que las partes transitarán la negociación sin un alto el fuego sobre el terreno, reclamado por la guerrilla y rechazado por la administración Santos. Según el jefe de la delegación colombiana, el ex vice canciller Humberto de la Calle, la etapa que comienza es la llamada ‘fase dos’ del proceso, su premisa -buscar poner fin al conflicto armada que desangra al país desde hace casi 50 años, representado -el comienzo de una etapa de transformación en Colombia.

Por más grandilocuente, ambiciosa e intrincada que se muestre la agenda, tanto los voceros del gobierno como de las FARC se han comprometido a permanecer atornillados a sus sillones hasta lograr avances concretos, vale la promesa.

Junto a De la Calle la delegación oficial la integran el general en retiro del ejército Jorge Mora; el líder gremial Luis Carlos Echeverry; el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo; el ex ministro del Medio Ambiente y ex comisionado de Paz, Frank Pearl, así como el general en retiro y ex director de la Policía Nacional, Oscar Naranjo.

A su vez las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), surgidas en 1964 y que cuentan actualmente con unos 9.000 miembros, lleva a Iván Márquez, uno de los seis miembros del «secretariado» o máxima jefatura rebelde, como número uno, con reconocida experiencia , veterano negociador que ya hizo parte del equipo rebelde en pasados intentos de poner fin al conflicto armado colombiano, acompañado por Ricardo Téllez, de la comisión de asuntos internacionales de la guerrilla, Andrés Paris y Marco León Calarcá, incorporando a último momento a la guerrillera holandesa Tanja Nijmeijer, quien se integrará a la mesa de negociaciones cuando su destino sea La Habana,

Si repasamos la historia observamos que desde el fin del último intento de alcanzar la paz, Administración Pastrana 1998-2002, sin lugar a dudas la radiografía del grupo guerrillero se alteró, ya sea por muerte natural, o por luchas armadas. en donde perdió gran parte de su cabeza, al momento no mantiene a políticos retenidos para el canje, ha sufrido una importante sangría en sus filas, y sus cuadros no llegan, hoy, a los 7000 hombres, evidentemente el cuadro de situación difiere profusamente.- Es así, que en los últimos años el conflicto se desarrolla en mayor parte en regiones del interior del país, en choques con las tropas y en algunos ataques insurgentes contra la infraestructura energética.

Comienzo de un largo camino, donde transitarlo llevará un sin fin de dificultades, es de esperar que las negociaciones lleguen a destino, alcanzando ese logro tan preciado, la paz que tanto se merece el pueblo colombiano.

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Cara a cara

Juan Varde (Buenos Aires, Argentina)

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