Ansiosos, esperando el momento histórico, la región y el resto del globo se aprestan a dar la bienvenida a dos pesos pesados, quienes integrando las ‘Grandes Ligas’, se aprestan a comandar el futuro, China e India, Dragón y Elefante, una nueva era, en la que la región deberá, inteligentemente, mover sus piezas acorde al nuevo mapa estratégico comercial que los nuevos líderes proponen. Ansiosos, esperando el momento histórico, la región y el resto del globo se aprestan a dar la bienvenida a dos pesos pesados, quienes integrando las ‘Grandes Ligas’, se aprestan a comandar el futuro, China e India, Dragón y Elefante, una nueva era, en la que la región deberá, inteligentemente, mover sus piezas acorde al nuevo mapa estratégico comercial que los nuevos líderes proponen.
Al igual que China, India tiene un extenso territorio (de dimensiones casi continentales), numerosa población (supera los mil millones) y una gran demanda de recursos naturales y alimentos, además de que sus economías han crecido en los últimos años a tasas exponenciales.
Hoy por hoy India se posiciona unos pasos atrás de China, sin embargo tiene una clase empresarial emprendedora, dinámica y con apreciable conciencia social -en el sentido de que se dan cuenta de que tienen una oportunidad inmensa en sacar a la enorme población rural, mayor al dragón, que en su mayoría vive en la pobreza-. Dan crédito a innovaciones de primera serie desde la salud -cirugía de bajo costo-, a los servicios -tecnológicos, ‘call centers’-, y productos de consumo, durables -el Tata Nano-, semidurables -cocinas rurales de bajo consumo-, y consultoría.
Descubrir al elefante es inquietante, superador. Perplejos, admiramos un país irregular, complejo, donde infinidad de religiones y dialectos conviven de la manera en la que lo hace, en democracia.
Del otro lado China nace de un sistema autoritario, reflejado en la forma de comerciar. Sus movimientos son diferentes. A pesar de que en India subsisten entes estatales de la época cuasi socialista, el peso específico de estos grupos en el comercio exterior es mucho menor que en China. A nivel internacional los grupos de peso indios son privados.
Dragón y Elefante son llamados a motorizar el crecimiento mundial, esgrimen una inmensa dotación de mano de obra, además de priorizar las condiciones de vida de la población, apuntalando las bases para un crecimiento sustentado en el consumo interno en el mediano plazo. Al momento, China es levemente más sólido en términos de crecimiento, a la par que India está jaqueada por la inflación. China viene desagregándose del comunismo desde hace unas tres décadas, el nivel de vida es bastante bajo si se los compara con estándares occidentales pero la distribución del ingreso no es por demás inequitativa.
En cuanto a la distribución de la renta en India es lamentable, la pobreza extrema es altísima y el hacinamiento en las ciudades se ha convertido en un problema muy serio, no olvidemos que estructuralmente muestra un mosaico sumamente heterogéneo, tanto en términos de culturas, como religión y lengua. De allí que los conflictos internos sean aún habituales, en especial, los religiosos, a su favor el elefante se desarrolla sobre bases pacíficas y tradicionales, en sus más de mil años de historia nunca invadió otro país, alrededor del 70% de la población tiene menos de 35 años, crecieron con la cabeza abierta han contribuido fuertemente a la transformación del país, y se han convertido en verdaderos yuppies, no olvidemos que son parte de la población de habla inglesa más importante del mundo, lo que, sin duda, redundó fundamentalmente en el resplandor de la nueva India.-
La economía del elefante no es tan dirigida como la del dragón lo que puede hacerla aparecer como desordenada, sin embargo la región deberá tomar debida nota de todas las alternativas y jugar, tal como lo analizamos, sus fichas a ganador, posibilidades concretas no faltan, oportunidades , tampoco, así que a no desaprovecharlas.