La nueva música electrónica colombiana que ha sorprendido al mundo, le debe gran parte de su personalidad a los ritmos ancestrales y únicos del folklore de este país. Un tesoro que se ha mantenido en el tiempo gracias al esfuerzo de artistas singulares como Totó La Momposina. La nueva música electrónica colombiana que ha sorprendido al mundo, le debe gran parte de su personalidad a los ritmos ancestrales y únicos del folklore de este país. Un tesoro que se ha mantenido en el tiempo gracias al esfuerzo de artistas singulares como Totó La Momposina.
La riqueza de la cumbia, el porro y todos esos estilos, mezcla de sonidos africanos y españoles, que animan el baile, con su primitivismo y su verdad no ha perdido atractivo con el tiempo. Y tampoco lo ha hecho La Momposina, artista admirada por igual por el pueblo llano y las vanguardias.
A sus 74 años y con más de cinco décadas de experiencia sobre los escenarios nadie le discute a esta gran dama ningún mérito. Más bien al contrario, sus canciones históricas nutren los ‘samplers’ que dan lugar a los ‘beats’ de última generación que arrasan en las pistas de baile de hoy.
Auténtica maestra de los ritmos afrocaribeños que sobreviven en las zonas costeras, en los últimos tiempos su figura ha vuelto a cobrar actualidad gracias a la reedición de ‘Tambolero’ , un álbum clásico que sirvió para que el mundo conociera su trabajo.
Corría la década de los noventa del Siglo XX y el mundo estaba preparado para el conocimiento y disfrute de músicas remotas y nacidas y crecidas fuera de los focos del estricto orden anglosajón dominante. Y el mismo Peter Gabriel, gurú de la modernidad, se interesó por Totó.
La remezcla, casi reinvención, de las primeras grabaciones realizadas por la diva colombiana en los estudios del gentleman inglés ha servido para que una nueva generación de devotos se una al culto imperecedero de esta gran artista, con la que no puede el tiempo.
