La escena independiente del pop peruano, con Lima como punto de catalizador, sigue dando muestras de vitalidad y pujanza creativa gracias al empuje de nuevas bandas como Submarino, el proyecto personal del artista Esteban Bertarelli. La escena independiente del pop peruano, con Lima como punto de catalizador, sigue dando muestras de vitalidad y pujanza creativa gracias al empuje de nuevas bandas como Submarino, el proyecto personal del artista Esteban Bertarelli.
Este año, el proyecto de Bertarelli, que el artista busca definir como ‘banda flexible’, presenta ‘Bravo Zulu’, su primer álbum, publicado por Faro Discos, que fue mezclado en un estudio barcelonés a lo largo del verano.
La conexión ‘iberíca’ no es casual. Submarino admite en sus textos promocionales la influencia de los grupos españoles del ya viejo movimiento ‘indie’, definido por estos peruanos como ‘escuela ruidista’, y de bandas como los Planetas, Los Punsetes o Triangulo Del Amor Bizarro.
Esta cercanía ha hecho también posible que este grupo peruano haya iniciado su expansión internacional con la mirada puesta en España, y que las canciones de su primer álbum hayan sonado ya en algunos programas de radio especializados como ‘Corrientes Circulares’.
Bertarelli busca, según las notas de prensa, «canalizar sus ideas musicales y literarias en canciones pop en las que el ruido y la melodía van de la mano», una intención que acerca su universo sonoro al de las bandas de corte psicodélico de la escena anglosajona actual.
Ahora Submarino se ha configurado como una formación modular, pero estable, para afrontar el reto de presentar con dignidad su música en diversos formatos, de tal modo, que sea posible evocar sobre los escenarios el sonido conseguido en el disco.
