Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Santero y Los Muchachos

Santero y Los Muchachos

Si les gustan las melodías luminosas, los arreglos ajustados, las guitarras brillantes y suntuosas, los bajos contundentes y esos golpes de caja que hacen avanzar el conjunto con la precisión del mecanismo de un reloj de cuco, no deberían perderse a Santero y Los Muchachos. Ustedes mismos. Si les gustan las canciones pop de aire clásico, las melodías luminosas, los arreglos ajustados, las guitarras brillantes y suntuosas, los bajos contundentes y esos golpes de caja que hacen avanzar el conjunto con la precisión del mecanismo de un reloj de cuco, no deberían perderse el nuevo disco de Santero y Los Muchachos.

Se llama ‘Ventura’ y será el primer Lp de una banda formada por Miguel Angel Escrivá y Soni Vicent a las guitarras, Josema Escrivá al bajo y Marc Guardiola a la batería. Buenos instrumentistas, capaces también de realizar unos interesantes juegos de voces que sirven para crear ambiente el ambiente más adecuado.

Quizá el nombre les suene a nuevo, pero los miembros de esta banda, no acaban de empezar en esto, precisamente. Alguno de ellos ha acumulado bienios como componente de La Pulquería, ese grupo de punk-rock mariachi que ha llevado sus ‘corridos’ acelerados y corrosivos por medio mundo.

Además, los ‘santeros’, empezaron a hacer ruido juntos allá por 2014 y a lo largo de su aún corta trayectoria, ya han tenido la oportunidad de compartir escenario con tipos duros como Quique González. Y, según testigos presenciales, su directo está a la altura de los retos a los que han decidido enfrentarse.

Lo cierto es que desde que iniciaron su andadura, con un Ep titulado ‘Buenos y malos’, ya mostraron con claridad sus cartas. Son amantes de ese pop sencillo que nunca pasa de moda y que les emparenta con bandas españolas de distintas décadas como Los Brincos, Los Angeles, Los Módulos y también La Guardia o Duncan Dhu.

De hecho, en ‘Ventura’, la canción que da título al nuevo álbum de Santero y Los Muchachos, los ritmos de guitarra acústica, el bajo de palo y la batería rockabilly evocan aquellos años primigenios en que la banda donostiarra hacía temblar las paredes del Templo del Gato. Pura energía elegante.

Más información

Scroll al inicio