Hay algunos artistas -pocos-, que ya muy cerca de la cima, tienen el valor de preguntarse si de verdad son merecedores del intenso e inagotable fervor que les profesa su público. Y algo así le sucedió a Rozalén, cuando firmó discos en El Corte Inglés de Albacete. Hay algunos artistas -pocos-, que ya muy cerca de la cima, tienen el valor de preguntarse si de verdad son merecedores del intenso e inagotable fervor que les profesa su público. Y algo así le sucedió a Rozalén, cuando firmó discos en El Corte Inglés de Albacete.
María, tal y como aún la llaman sus amigos, más que alegrarse, sufría; tan perpleja como emocionado, al observar sorprendida que sus paisanos eran capaces de esperar cuatro o cinco horas alineados en una cola interminable, sólo para conseguir hacerse una foto con ella.
Rozalén explicó las emociones, a veces contradictorias, que ha experimentado al alcanzar la fama; y también se describió como «una persona afortunada», sobre el escenario de ‘La Fídula’, un local madrileño que apuesta fuerte por la canción de autor.
La cantante había acudido allí para participar en ‘Radio Persona’, el innovador espectáculo creado y dirigido por Andrés Sudón. Una buena oportunidad para celebrar con los ‘suyos’, los cantautores, el reciente número 1 de la lista española de ventas alcanzado por su segundo álbum, titulado ‘Quién Me Ha Visto…’.
Muchos aún recuerdan que hace sólo cuatro años, María era una de esas chicas de provincias recién llegadas a la capital en busca de fortuna. Entonces, participaba cada semana en el ‘Micro Abierto’ de Libertad 8 y sobrecogía a la concurrencia cada vez que se subía al escenario.
Y, aunque ya no sea la misma porque eso sería imposible, todavía demuestra cuando toca que tiene ‘lo que hay que tener’ y es capaz de hechizar a sus oyentes cuando canta para ellos desde el corazón. Olvídense de lo que han oído en la radio. Rozalén arrasa en las distancias cortas.
