La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha decidido asistir a la Cumbre del Cambio Climático que se celebra en Nueva York. En lugar de quedarse en su país en un momento sumamente complicado para ella ha optado por poner tierra de por medio y buscar apoyo internacional. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha decidido asistir a la Cumbre del Cambio Climático que se celebra en Nueva York. En lugar de quedarse en su país en un momento sumamente complicado para ella ha optado por poner tierra de por medio y buscar apoyo internacional.
Después de que el Congreso decidiese seguir adelante con el juicio político a la sucesora de Luiz Inácio da Silva, la situación se vuelve prácticamente insostenible para ella. A falta de conocer la opinión del Senado, todo apunta a que la mandataria será retirada del cargo por 180 días en los que podría ser sustituida por el vicepresidente Michel Temer, que con la ida de la presidenta a Nueva York empieza a entrenarse para el cargo.
Temer, el sustituto más factible para la mandataria, es uno de los principales instigadores del impechment. No solo se ha conformado con que su partido, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), abandonase la coalición de Gobierno en la que se encontraban frente al Partido de los Trabajadores (PT), sino que ha criticado una y otra vez cualquier intento de defensa por parte de Rousseff.
Ella se ha defendido argumentado que Temer ha orquestado el juicio político al que tiene que enfrentarse y que pretende dar un “golpe de estado” para hacerse con el poder. El impechment pretende dilucidar si el equipo de Gobierno realizó prácticas ilegales para equilibrar el presupuesto, lo que también incluye al vicepresidente, que ha puesto toda la carne en el asador para mantener a la presidenta bajo los focos y permanecer él a un segundo plano.
Rousseff buscará apoyo en su viaje a Nueva York, pero es inevitable preguntarse si es la decisión correcta partir ahora, a fin de cuentas deja en su cargo a una de las personas que más críticas ha sido con su forma de encarar el poder. No solo por el juicio político, sino también por su actuación en el escándalo de la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobras). Temer tiene mucha mecha que prender a pesar de las dudas que pesan sobre sus espaldas.
Además del juicio político al que también podría tener que enfrentarse por su implicación en las cuentas de 2014, está acusado de haber participado en compras ilegales de etanol. En cualquier cosa, el vicepresidente ya da por hecho que será él quien sustituya a Rousseff y ha anunciado que su plan económico pasará por un paquete de reformas para cambiar el rumbo del país.
Sin embargo, el apoyo internacional que podría encontrar Rousseff en el evento de las Naciones Unidas podría ser un hándicap de cara a su juicio político. No es la primera vez que la mandataria apuesta por alejarse de su país en momentos complicados. Hace un par de meses se marchó a Chile , donde se reunió con su homóloga Michelle Bachelet, con la que tiene muy buena relación.
