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Rousseff cancela su viaje a EEUU para hacer frente a la crisis política de Brasil

Dilma Rousseff, presidenta de Brasil

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha cancelado su viaje a EEUU, donde pretendía asistir a la Cumbre de Seguridad Nuclear. La mandataria lo ha decidido no asistir al encuentro por la tumultuosa situación en la que se encuentra el país que preside. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha cancelado su viaje a EEUU, donde pretendía asistir a la Cumbre de Seguridad Nuclear. La mandataria lo ha decidido no asistir al encuentro por la tumultuosa situación en la que se encuentra el país que preside.

El pasado martes, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) , anunció que rompía con el Partido de los Trabajadores (PT) , al que pertenecen tanto Rousseff como su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva. El PMDB era el principal apoyo del Gobierno y su salida deja al Ejecutivo desestructurado, pues muchos de ellos tenían cargos de poder en el Ejecutivo.

La decisión es un duro golpe para la mandataria, que busca apoyos entre el resto de partidos que componen el Congreso brasileño para suplir las bajas (no todos han abandonado el barco) y conseguir apoyos para hacer frente a su juicio político. A pesar del golpe sufrido, en cierta medida, era una decisión esperada.

El PMDB se encontraba en medio de un período de reflexión para decidir si dejaba a Rousseff en la estacada o si continuaba con ella en el Gobierno. El vicepresidente Michelle Temer (del PMDB) podría haberse hecho con el cargo de haber seguido adelante el juicio político contra Rousseff con él a su lado, sin embargo, la permanencia podría dar lugar a dudas.

Dudas relacionadas el partido conocía los movimientos del PT en el escándalo de la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobras). Quizás haya sido la mejor decisión posible, pues ya son muchos los brasileños que apuestan por una Presidencia con Temer a la cabeza. Él mismo ha reconocido que si el impeachment contra la mandataria sigue adelante está dispuesto a asumirla.

Mientras Temer sigue ganando enteros, la popularidad de la presidenta argentina se encuentra en mínimos. Lo mismo que el cariño de los ciudadanos hacia Lula, que también se ha visto salpicado por el escándalo. El movimiento para blindarlo y convertirlo en ministro de la Casa Civil no ha gustado nada a los brasileños, que han perdido gran parte de su fe en él y en Rousseff.

Todo esto ha podido ser la razón que ha empujado a la mandataria a no acudir al encuentro nuclear organizado por el presidente Barack Obama en Washigton pese a haber confirmado su asistencia. Las aguas están demasiado revueltas.

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