La ley forestal de EEUU divide a la industria maderera. La Ley Lacey, aprobada en EEUU hace 111 años para proteger la fauna y posteriormente extendida para preservar también los productos de madera, ha complicado la vida de muchas empresas estadounidenses y ha beneficiado a otras, a menudo de formas que tienen poco que ver con su objetivo de combatir la tala ilegal de árboles en Asia y los trópicos, según apunta The Wall Street Journal.
Anderson Hardwood Floors, un fabricante de pisos propiedad de Berkshire Hathaway Inc., el holding del gurú Warren Buffett, apoyó enérgicamente la enmienda de 2008 que extendía la Ley Lacey a la madera. Desde entonces, Anderson ha reducido notablemente sus importaciones y ahora fabrica más de 90% de sus productos en EEUU.
Esto se debe a que Anderson, que antes compraba madera en Brasil, China, y África, puede documentar los orígenes de la madera que viene de Paraguay, según su presidente ejecutivo Don Finkell, y está convencida de que en ese país se está cumpliendo con las leyes para prevenir la tala ilegal. La Ley Lacey establece que es ilegal importar madera que infrinja las leyes de EEUU o las de otros países. Según Finkell, a los fabricantes estadounidenses les conviene cumplir la ley porque no pueden competir con las empresas que usan madera barata talada ilegalmente.