AT&T promete contrataciones masivas a cambio del OK a la compra de T-Mobile. La operadora estadounidense AT&T está a la espera de que el regulador de EEUU apruebe sus intenciones de adquirir la división de la alemana T-Mobile en el país (T-Mobile USA). En un intento por convencer a las autoridades de los aspectos positivos que encierra esta iniciativa, los directivos del gigante han explicado que con el cierre de la operación crearán 5.000 puestos de trabajo.
AT&T se convertiría en el mayor operador de telefonía móvil de la primera potencia del mundo de cerrarse este acuerdo, también aseguró que la creación de estos 5.000 puestos de trabajo en EEUU (que serán previsiblemente eliminados de otras regiones), no conllevará ninguna reestructuración del empleo. En otras palabras: que no habrá ningún despido.
El consejero delegado de AT&T, Randall Stephenson, ha asegurado en un comunicado que «en un momento en el que muchos americanos se encuentran en apuros mientras nuestra economía se enfrente a retos muy complicados, estamos contentos de anunciar que la adquisición de T-Mobile va a conllevar el regreso de 5.000 empleos a EEUU así como el incremento de nuestra inversión local». El presidente de EEUU, Barack Obama, ya instó hace unos meses a las empresas del país a apostar por las inversiones dentro del territorio nacional.
Estas declaraciones se suceden conforme van pasando los días y el regulador, lejos de pronunciarse, guarda silencio mientras cada vez son más los analistas que dudan de que la aprobación vaya a ser un hecho. De hecho, algunos importantes senadores de peso, como Herb Kohl (demócrata por Wisconsin), han criticado la operación. Entre AT&T y T-Mobile reúnen algo más de 25.000 empleos dedicados a la telefonía móvil.
