El caso de corrupción de la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobras) es uno de los temas más candentes en el país que aún preside Dilma Rousseff. El escándalo se hizo del dominio público en marzo de 2014 y desde entonces las acciones de la petrolera han perdido gran parte de su valor. El caso de corrupción de la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobras) es uno de los temas más candentes en el país que aún preside Dilma Rousseff. El escándalo se hizo del dominio público en marzo de 2014 y desde entonces las acciones de la petrolera han perdido gran parte de su valor.
De hecho, desde marzo de hace dos años, cuando se conoció por primera vez la operación Lava Jato, hasta ahora las acciones de la petrolera estatal (las de Tipo 4, que cotizan en la Bolsa de Valores de Sao Paulo, Bovespa) costaban 13,59 reales (unos 3,8 dólares al cambio) y ahora se cotizan por 9,46 reales (2,66 dólares el título).
Todo ello se traduce en que en poco menos de dos años las acciones de la que fuera el buque insignia de la economía brasileña hayan perdido un 30,38% de su valor en el parqué paulista. Y aunque la crisis del petróleo también ha tenido que ver con este retroceso, ha sido el caso de corrupción en el seno de la empresa estatal la que se ha convertido en responsable directa de esta caída.
Trama de corrupción
Uno de los casos de corrupción más grandes de toda la historia de Brasil ha involucrado tanto a políticos (el propio expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el líder de la Cámara Baja, Eduardo Cunha han sido señalados) como a empresarios entre los que destaca Marcelo Odebrecht, presidente de la empresa con el mismo nombre.
La trama consistía en licitar grandes obras a empresas de ingeniería del país para estimular la creación de empleo mediante el plan ‘Compre Nacional’ de Dilma Rousseff. De los presupuesto de miles de reales que se preparaban para estos concursos, se desviaba sistemáticamente un 3% para los políticos, entre los que destacan miembros del Partido de los Trabajadores (PT) y empresas, principalmente de construcción.
Una vez descubierto el pastel, muchos han culpado a la mandataria brasileña de haber participado o al menos haber tenido noticias de lo que ocurría en el seno de su partido político y de la petrolera estatal, cosa que ella ha negado una y otra vez. Despidos, investigaciones y encarcelamientos han marcado el presente de la petrolera estatal, lo que ha acabado por salpicar a la presidenta.
Juicio político
Rousseff ha sido criticada por diversos frentes, han llegado a producirse multitudinarias manifestaciones para pedir su salida del la Presidencia, por su falta de medidas en la trama de Petrobras pero a día de hoy se encuentra en su momento más peliagudo, puesto que el Congreso ha decidido dar luz verde a su juicio político. Ahora será el Senado el que decida si el proceso sigue adelante a principios de mayo. Rousseff y su equipo (también el vicepresidente Michel Temer) han sido acusados de realizar ciertas prácticas ilegales para equilibrar el presupuesto a base de recurrir a préstamos de bancos públicos.
Mientras se decide su suerte, de seguir adelante el proceso sería apartada del caso por 180 días mientras ambas cámaras llevan a cabo el proceso, Petrobras sigue siendo ‘trending topic’ en los escándalos de corrupción a escala mundial.
