Después de nueve años de carrera, la banda tinerfeña OnoFreeFadar, Off para los amigos, se ha decidido por fin a publicar un álbum, para compartir sus hallazgos sonoros con la concurrencia. Una gran noticia, sin duda. Después de nueve años de carrera, la banda tinerfeña OnoFreeFadar, Off para los amigos, se ha decidido por fin a publicar un álbum, para compartir sus hallazgos sonoros con la concurrencia. Una gran noticia, sin duda.
Bien conocidos y admirados en las islas, el disco, titulado ‘Off’, quizá sea una buena carta de presentación para que este peculiar grupo se de a conocer más allá de este territorio. Una posibilidad que no le vendría nada mal al adocenado panorama hispano actual.
Sobre todo porque lo que estos seis músicos se traen entre manos es absolutamente propio, completamente original y lleva el concepto de mestizaje a la casilla de salida. Es decir, a la naturalidad total en ejecución y composición.
Porque las distintos géneros por los que se mueven, desde el funk y el reggae, al rock la música balcánica o el flamenco, están perfectamente integrados en el adn de la banda y fluyen sin sobresaltos en unas canciones en las que todos esos sabores se integran a la perfección.
En sus mejores momentos, como la canción ‘El Angel Caído’ una de mis favoritas, los OnoFreeFadar, son capaces de evocar el gipsy rock y el sonido cañorroto, inventados en los setenta por el productor José Luis de Carlos con las Grecas y los Chorbos de Manzanita.
Pero esta banda no se limita a repetir ningún esquema del pasado. Tienen un discurso propio que integra la alegría de vivir, la juerga y el baile, con unas letras que aspiran a reflejar la sociedad en la que viven y la contundencia necesaria para que el mensaje no pase desapercibido.
