La gran estrella de la salsa moderna, la cantante portorriqueña Olga Tañón, tiene una creciente legión de admiradores en Cuba, que quiso agasajarla como se merece, con una manifestación espontánea en la puerta del Hotel Nacional de La Habana. La gran estrella de la salsa moderna, la cantante portorriqueña Olga Tañón, tiene una creciente legión de admiradores en Cuba, que quiso agasajarla como se merece, con una manifestación espontánea en la puerta del Hotel Nacional de La Habana.
Tañón se ganó a los cubanos hace unos seis años, cuando fue una de las grandes figuras internacionales que se atrevió a tocar en la Isla en el ‘Concierto de La Paz’, que promovieron Juanes y Miguel Bosé, cuando el ‘deshielo’ entre Cuba y EEUU que presenciamos hoy aún era una especie de sueño imposible.
Precisamente, gracias a ese proceso, la artista ha podido plantearse regresar a la isla, en una visita definida, en un principio como ‘intercambio cultural’. Una artimaña legal para que estuviera encuadrada en una de las doce categoría que permiten a los estadounidenses viajar a la isla.
En principio, este tipo de viajes están pensados para ser realizados del modo más discreto posible. Pero ese tipo de protocolos burocráticos no combinan bien con el estilo habitual de Olga Tañón.
Y para demostrarlo, fue la propia artista quien hizo la correspondiente promoción de su visita a través de sus perfiles en las redes sociales. Allí se mostró «emocionada y feliz de volver a La Habana» y más tarde incluso compartió fotos de su llegada al aeropuerto José Martí.
