La VII Cumbre de las Américas se cerró este fin de semana tras albergar un encuentro histórico que lo eclipsó todo: el del presidente de EEUU, Barack Obama, y el cubano, Raúl Castro. La VII Cumbre de las Américas se cerró este fin de semana tras albergar un encuentro histórico que lo eclipsó todo: el del presidente de EEUU, Barack Obama, y el cubano, Raúl Castro. Su apretón de manos escenificó el acercamiento entre el país norteamericano y la Habana.
“El presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad” sobre lo ocurrido, aseguró Castro en su discurso.
Reconoció al actual presidente de EEUU como “un hombre honesto”, y cuya forma de ser, afirmó, obedece a su origen humilde. Por su parte, el mandatario norteamericano resaltó su interés en el diálogo con Cuba.
Poco después de estas palabras, los dos líderes se reunieron en el primer encuentro que celebran dos jefes de Estado de Cuba y EEUU desde antes de la revolución de 1959.
Este acercamiento entre los mandatarios dibuja el camino para más avances en la normalización de las relaciones bilaterales entre ambos países, aunque la cumbre concluyó sin el esperado anuncio sobre la fecha de reapertura de las embajadas.
