Ser la hija del gran Ze Miguel Wisnik quizá ayude a componer buenas canciones. O quizá no, pero de lo que sí estamos seguros es de que el nuevo álbum de Marina Wisnik ha recibido la aprobación de su padre. Ser la hija del gran Ze Miguel Wisnik quizá ayude a componer buenas canciones. O quizá no, pero de lo que sí estamos seguros es de que el nuevo álbum de Marina Wisnik ha recibido la aprobación de su padre.
De hecho, Marina representa la vitalidad de una cantera inagotable que hace de Brasil un país legendario en lo que a la música se refiere. Y, aunque ha alcanzado ya un estilo personal e inconfundible, en su sonido se escuchan los ecos de otras grandes artistas de su país como Marisa Monte o, mejor aún, la inolvidable Rita Lee.
Hay algo de bossa nova, melancolía y dulzura en la última colección de canciones de Marina. Pero también unas gotas de crudeza rocanrolera, y el cándido encanto pop de las divas francesas de los sesenta como Silvye Vartan o Françoise Hardy.
Todos estos condimentos y el impagable apoyo en la producción de Alexandre Fontanetti, el tipo que estuvo detrás de Rita Lee en la grabación de ‘Bossa’n’roll’, hacen de este ‘Vas’ un álbum que los amantes de la buena música brasileña no deberían perderse.
Las canciones son las reinas de la fiesta y dan sentido a una música directa forjada gracias a una mezcla mágica de melodías memorables y letras con sentido. Un bello universo sonoro que se ve potenciado por unos arreglos respetuosos y bien medidos.
Ahora solo queda la prueba de fuego definitiva: la presentación en directo de este potente repertorio. Y la cosa parece ir bien, según cuentan las crónicas urgentes de los primeros conciertos de la nueva gira de Marina.