La cantera de dulces voces femeninas brasileñas, casi de ensueño, parece inagotable. Y aquí está la joven, y ya veterana, Malu Magalhaes, para demostrarlo. La cantera de dulces voces femeninas brasileñas, casi de ensueño, parece inagotable. Y aquí está la joven, y ya veterana, Malu Magalhaes, para demostrarlo.
Quizá la más firme aspirante a heredar el calificativo de ‘sambista roquera’ que algún periodista imaginativo tuvo que inventar para la gran Rita Lee, aún en activo, Malu sigue enamorando a todos aquellos, y aquellas, que deciden concederle unos minutos a la escucha de su música.
Un sonido que sin renunciar a las raíces cadenciosas que han convertido en universales a los melodiosos ruidos que llegan de Brasil, va más lejos. Y se deja contaminar por estilos recientes de corte ‘indie’.
Lo mismo que su afortunado esposo, otro grande: Marcelo Camelo, Malu ha querido ir más lejos de lo previsible y huir de la estética de hilo musical que domina el trabajo de algunos de sus contemporáneos.
Otra buena noticia es que Magalhaes es ahora vecina de Lisboa, donde reside desde hace más de un año. Lo que quizá podría servir para que se dejara ver por España con más frecuencia. Aquí algunos la esperamos con las orejas bien abiertas.
