«Esto, realmente, no es creíble», escribe Paul Krugman refiriéndose al segundo rescate de Grecia, aprobado esta madrugada, y a las promesas de que, con él, los griegos saldrán adelante. Porque los hechos apuntan a que lo único que han conseguido estas nuevas ayudas, costeadas por todos los socios europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI), es pagar el primer plazo de la deuda que mantiene el país mediterráneo con los bancos franceses y alemanes. «Esto, realmente, no es creíble», escribe Paul Krugman refiriéndose al segundo rescate de Grecia, aprobado esta madrugada, y a las promesas de que, con él, los griegos saldrán adelante. Porque los hechos apuntan a que lo único que han conseguido estas nuevas ayudas, costeadas por todos los socios europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI), es pagar el primer plazo de la deuda que mantiene el país mediterráneo con los bancos franceses y alemanes.
Las cifras hablan por sí solas: según el Banco Internacional de Pagos (BIS), en el segundo trimestre de 2011 los países más expuestos del mundo a la deuda de Grecia eran Francia -con 55.739 millones de dólares- y Alemania -con 21.372 millones de euros-, seguidos en tercer lugar por Reino Unido, que apenas alcanzaba los 12.642 millones de dólares. Todo ello sin sumarle una exposición indirecta de 8.480 millones de dólares y 4.418 millones de dólares, respectivamente.
También las formas se suman a las cifras. Y es que a cambio de los 130.000 millones de euros que recibirán las autoridades griegas, y que se suman así a los 110.000 millones de euros remitidos ya en mayo de 2010, Atenas debe aceptar la presencia de una comitiva formada por representantes de Bruselas, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI que se establecerá de forma permanente en la capital del país para supervisar que ese dinero queda bloqueado para pagar los intereses de la deuda contraída durante todos estos años por el país.
En palabras más sencillas: Francia y Alemania han accedido a enviar, junto a sus socios europeos, 130.000 millones de euros a Grecia con la condición de que sirvan para pagar lo que se les debe a ellos, fundamentalmente.
De hecho, el ministro de Economía y Competitividad español, Luis de Guindos, ha explicado que España aportará alrededor del 12% del segundo rescate para Grecia, mientras que el Banco de España destinará otros 1.000 millones de euros al renunciar a los beneficios de los bonos helenos que tiene en cartera. «En el caso de España, a nosotros nos toca algo menos del 12% de los 130.000 millones de euros porque es el peso de España dejando fuera a los países que están en un plan de rescate», es decir, la propia Grecia, Portugal e Irlanda, ha dicho De Guindos.
Por su parte, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha adelantado que la contribución del FMI al segundo rescate griego ascenderá probablemente a 13.000 millones de euros, muy por debajo del 30% habitual hasta ahora, cifra a la que hay que sumar otros 10.000 millones que no fueron utilizados del primer rescate. Eso deja a los países del euro con la mayor responsabilidad económica en el proceso de supuesta salvación de Grecia, a menos que China se decida a intervenir de forma activa en él. Y eso está aún por ver.
A las cifras relacionadas con la exposición directa a Grecia comentadas unas líneas más arriba hay que sumarle una noticia que adelantó este periódico hace unos días.
La semana pasada, Bruselas exigió a Grecia en plenas negociaciones que, para completar los requisitos antes de su nuevo rescate, debía ahorrar 325 millones de euros adicionales a los 3.300 millones ya aprobados hace dos semanas por el Parlamento heleno. Según los medios de comunicación locales, el Gobierno que lidera Lucas Papademos habría tratado de alcanzar esa cifra recortando en Defensa. Un movimiento que habrían vetado desde Alemania y Francia.
Y es que los cerca de 10.000 millones de euros que tiene pensado gastarse Grecia en armamento militar este año, según la agencia de noticias Presseurop, irán a parar fundamentalmente a las arcas de de estos dos países. Franceses y alemanes son conocidos por ser los principales proveedores militares de Grecia y de otros países europeos, como Portugal. Una posición que avala, por ejemplo, el Informe sobre la Exportación de Armamento 2010 (Rüstungsexportbericht 2010) alemán.
«Una de las reclamaciones del Eurogrupo era encontrar 325 millones de euros adicionales. Grecia ha propuesto recortar ese dinero de Defensa. El Eurogrupo se ha negado. Sacad vuestras propias conclusiones». El que así hablaba entonces era Nick Malkoutzis, uno de los responsables del periódico Kathimerini. Fuentes del Ministerio de Defensa citadas por Presseurop, además, reconocieron entonces que si Grecia recibía las nuevas ayudas una de las prioridades del Gobierno será firmar la llegada de nuevos aviones, tanques y submarinos. Ya pueden hacerlo.