Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Los mercados avalan el plan del francés Hollande para Europa

François Hollande, el presidente de Francia, ha entrado en los círculos que deciden, con su día a día, hacia qué dirección camina el euro. Opuesto frontalmente a la austeridad alemana, el socialista galo considera que la disciplina fiscal no debe anteponerse al crecimiento económico. Un discurso que, en un principio, parecía destinado a asustar a los inversores internacionales. Pero nada más lejos de la realidad. François Hollande, el presidente de Francia, ha entrado en los círculos que deciden, con su día a día, hacia qué dirección camina el euro. Opuesto frontalmente a la austeridad alemana, el socialista galo considera que la disciplina fiscal no debe anteponerse al crecimiento económico. Un discurso que, en un principio, parecía destinado a asustar a los inversores internacionales. Pero nada más lejos de la realidad.

Si uno se fija en los mercados secundarios de deuda podrá observar cómo el bono francés a dos años ofrece una rentabilidad del 0,55%; el cinco años una rentabilidad del 1,52% y el diez años una rentabilidad del 2,73%. Es decir, que los costes de financiación de Francia han descendido en los últimos días. Y han bajado sustancialmente en los últimos dos años (en febrero de 2010 el bono a diez años ofrecía un interés del 3,43% y en marzo de 2011, un interés del 3,60%).

Quizá sea esta una señal de los mercados: que avalan la postura de Hollande, que quieren que Francia, y Europa, comiencen a crecer en lugar de tanto recortar. En cualquier caso, algunos análisis más técnicos matizan que la deuda francesa ha ganado un gran atractivo en los últimos meses debido a la solidez de las cuentas del país y, también, a que la deuda alemana, principal valor refugio del Viejo Continente, ofrece un interés demasiado reducido para captar el interés de los que quieren hacer algo de dinero con la operación (este miércoles ha subastado bonos con rentabilidad cero).

Sea como fuere lo cierto es que Hollande acude a la cumbre europea -«informal», matizan los organizadores- de este miércoles reforzado por la poca presión que los mercados ofrecen sobre su deuda y animado por el primer ministro italiano, Mario Monti, que se mantiene en línea con su discurso. Por contra, Merkel aún se muestra reticente a permitirse algunas concesiones con el líder galo, como los eurobonos.

Más información

Scroll al inicio