Los centroamericanos tienen una visión más pesimista de sus democracias y economías que los sudamericanos, que se muestran más optimistas ante el futuro de sus naciones, afirma el informe recientemente de Latinobarómetro, presentado hoy por su directora, Marta Lagos. Actualmente sólo el 30% de los centroamericanos piensan que su país esté progresando, aunque el informe resalta que las democracias se han consolidado, aunque de manera heterogénea y de diferente forma en cada país. Los centroamericanos tienen una visión más pesimista de sus democracias y economías que los sudamericanos, que se muestran más optimistas ante el futuro de sus naciones, afirma el informe recientemente de Latinobarómetro, presentado hoy por su directora, Marta Lagos. Actualmente sólo el 30% de los centroamericanos piensan que su país esté progresando, aunque el informe resalta que las democracias se han consolidado, aunque de manera heterogénea y de diferente forma en cada país.
El estudio Latinobarómetro, producido por la Corporación Latinobarómetro, una ONG sin fines de lucro con sede en Santiago de Chile, afirma que en Centroamérica “el proceso de consolidación de la democracia tiene un lado brillante que es el apoyo y la legitimidad de las instituciones básicas como el congreso y los partidos, y por otra parte, tiene un lado oscuro que es la desconfianza y el cinismo político que embarga la región”.
En lo que Centroamérica y Sudamérica coinciden es en la percepción de que la riqueza no se reparte equitativamente entre sus habitantes. “El trasfondo de esta desconfianza está en la pobre distribución de la riqueza y el escaso aumento de la equidad. Si bien hay reconocimiento de los avances, el impacto de ello en la confianza y la percepción de justicia en la distribución del ingreso es poco visible”, reza el estudio.
Del mismo modo, la política le interesa sólo al 23% de los centroamericanos. El estudio resalta que nunca ese índice ha estado por encima del 50%. Sin embargo, un 59% de los ciudadanos centroamericanos apoyan la democracia, lo que da prueba de que los regímenes democráticos no han perdido credibilidad durante la crisis económica que comenzó en 2008.
El Latinobarómetro culmina con una profecía optimista para la zona: “los centroamericanos no se achican antes las dificultades, el pasado no ha sido fácil, y el presente está trayendo algunos positivos, de tal manera que finalmente hay mucha más satisfacción de vida que la que el nivel de la economía y la democracia pudieran dar a entender”.
“América Latina confirma así el corazón de su identidad, una región donde se celebra la felicidad a pesar de las enormes desigualdades y sobre todo a pesar de su persistencia”, concluye el informe.