El Tribunal Supremo de Colombia ha desestimado una demanda presentada por un defensor de los animales hace tres meses, que ha querido mantener su anonimato, que pretendía prohibir la celebración de corridas de toros en el país al considerar que supone un maltrato hacia los animales. El Tribunal Supremo de Colombia ha desestimado una demanda presentada por un defensor de los animales hace tres meses, que ha querido mantener su anonimato, que pretendía prohibir la celebración de corridas de toros en el país al considerar que supone un maltrato hacia los animales.
Por seis votos a favor y tres en contra, los magistrados del Alto Tribunal han rechazado la demanda, al considerar que las corridas de toros son una tradición cultural. El juez Humberto Sierra, que voto a favor, ha argumentado que los toros, las peleas de gallos y otros espectáculos festivos que implican daño a animales, forman parte de una tradición arraigada y respetable en Colombia, por lo que tienen que mantenerse.
Sierra ha recurrido al principio de diversidad cultural para mantener la excepcionalidad de este tipo de festejos, que contradicen las leyes de protección de animales colombianas.
A pesar de tomar esta decisión, el Tribunal supremo ha establecido una serie de restricciones para que, a largo plazo, desaparezcan estos espectáculos en Colombia. El Alto Tribunal ha ordenado además al Congreso del país que legisle sobre este tema y establezca de este modo algunas reglas que minimicen o eliminen el dolor excesivo para los animales.
También se han prohibido este tipo de actividades en todos aquellos municipios en donde hasta ahora no se realizaban, ya que no tienen una tradición regular. No es lo único ya que no estarán permitidas todas aquellas corridas que se realicen fuera de la temporada de festejos.
Por otro lado tampoco se podrá utilizar dinero público para la construcción de escenarios en donde se efectúen con exclusividad corridas de toros o peleas de gallos ni en la promoción de este tipo de festejos.
En España, concretamente en Cataluña, ocurrió un caso similar, pero al contrario de lo que ha ocurrido en Colombia, allí el Parlamento si que aprobó la abolición de las corridas de toros para 2012.