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La industria acusa a Maduro de no tener ningún plan para aplacar la crisis del sector

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

En enero, cinco de las siete ensambladoras estuvieron paralizadas por no disponer de material de ensamblaje y la producción de las dos restantes apenas llegó a 254 unidades. Un rendimiento similar sólo se registró en enero de 2003, cuando la economía estaba en pleno “paro petrolero”. En enero, cinco de las siete ensambladoras estuvieron paralizadas por no disponer de material de ensamblaje y la producción de las dos restantes apenas llegó a 254 unidades. Un rendimiento similar sólo se registró en enero de 2003, cuando la economía estaba en pleno “paro petrolero”. El Gobierno no incluyó al sector en los 13 “motores” del Consejo Nacional de Economía Productiva.

El motor de la industria automotriz está fundido. Mientras el Gobierno define cómo llegar a la “economía productiva” y reactivar los 13 “motores”, uno de los principales subsectores de la manufactura se queda sin gasolina.

En el primer mes del año las siete ensambladoras privadas apenas ensamblaron 254 vehículos, de acuerdo a las cifras de la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez). La cifra representa un declive de 47,52% con respecto a enero de 2014, año que a la postre resultó el peor de la industria desde 1962.

La imposibilidad de importar material de ensamblaje hizo que en enero hasta cinco automotrices no encendieran sus líneas de producción. Una situación similar sólo se vivió en enero de 2003, en pleno “paro petrolero”. En esa oportunidad cinco plantas estuvieron detenidas y apenas se armaron 87 automóviles.

Si la comparación se hace con respecto a enero de 2007, el desplome es de 98%. En el primer mes de ese año, uno de los mejores de la historia del sector, se armaron 11.955 carros. “No hay decisiones, no hay ningún plan concreto para la industria y cada día la situación es más comprometida”, resume un directivo, que prefirió reservar su identidad.

El Ejecutivo nacional no incluyó a la industria automotriz en las reuniones de los “13 motores” que se realizan en el marco del Consejo Nacional de Economía Productiva, omisión que intenta corregir el ministro de Industria y Comercio, Miguel Pérez Abad. “Representantes del sector automotriz iniciarán mesas de trabajo para articular esta área productiva”, expresó el funcionario en Twitter el pasado 8 de febrero.

Sin embargo, el escollo fundamental que enfrenta el sector es la falta de divisas para nuevas importaciones, así como para cubrir una deuda de 2 mil millones de dólares con las casas matrices por concepto de importaciones no liquidadas. “El Gobierno reconoce que no hay plata, que no hay dinero para el sector”, apuntó el empresario consultado.

La situación es tal que en la industria no descartan que el Ejecutivo apruebe a las ensambladoras vender los carros en su red de concesionarios en dólares, tal y como acordó con Ford el año pasado, y que ha permitido a esa compañía sobrevivir a la sequía de divisas. “Creo que esa es la solución”, agregó el directivo.

De acuerdo a los cálculos que realizan en el sector, el primer semestre del año está prácticamente perdido, ya que entre la orden del material de ensamblaje a las casas matrices y su llegada a los puertos nacionales transcurren, al menos, entre 60 y 90 días. “En el mejor de los casos, los resultados de cualquier decisión se verán para el segundo semestre”, aseveró el directivo.

Los sindicatos también han advertido desde hace meses que la errática política del Gobierno hacia la industria compromete hasta 100 mil puestos de trabajo, entre empleos directos e indirectos.

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