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Goldman Sachs impone a su hombre para liderar el BCE

París se ha decantado, finalmente, por Mario Draghi como la persona que deberá suceder a Jean-Claude Trichet al frente del Banco Central Europeo (BCE) el próximo otoño. Draghi, que ya cuenta con el apoyo de dos de las principales potencias europeas para ocupar el cargo (Italia y Francia) ha sido promocionado en los últimos meses desde EEUU debido a su pasado en Goldman Sachs, el banco de inversión más rentable en la historia de Wall Street. París se ha decantado, finalmente, por Mario Draghi como la persona que deberá suceder a Jean-Claude Trichet al frente del Banco Central Europeo (BCE) el próximo otoño. Draghi, que ya cuenta con el apoyo de dos de las principales potencias europeas para ocupar el cargo (Italia y Francia) ha sido promocionado en los últimos meses desde EEUU debido a su pasado en Goldman Sachs, el banco de inversión más rentable en la historia de Wall Street.

A falta de que Angela Merkel, la canciller alemana, se pronuncie, parece que la carrera por la presidencia de la autoridad monetaria europea está decidida. Según informa Bloomberg el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, anunciará esta semana en público su apoyo al candidato italiano. Ahora es Merkel la pieza clave que falta debido a que inicialmente el sucesor de Trichet iba a ser el alemán Axel Weber. Sin embargo, este último anunció en febrero que no aspiraba a asumir el liderazgo del BCE, dejando a la mandataria teutona tan sorprendida que no supo anticiparse a esta decisión.

No obstante, y a pesar de que Berlín aspiraba aún sin Weber a situar a uno de sus economistas al frente de la institución paneuropea, desde el principio la prensa financiera estadounidense apuntó a Draghi como el favorito para asumir la presidencia del BCE. El actual gobernador del Banco de Italia –que lo es desde diciembre de 2005- trabajó para Goldman Sachs desde los primeros días de 2002 hasta enero de 2006.

Draghi ocupó durante esos años un cargo directivo en la división europea del banco, lo que ha levantado algunas sospechas de que pudo estar al tanto de las irregularidades que el Gobierno griego cometió durante esos años para camuflar el estado de sus cuentas; un movimiento que realizó con ayuda de la entidad estadounidense y que posteriormente, una vez descubierto, ha conllevado la primera crisis del euro.

Los expertos aseguran que Draghi es una opción viable y consideran que adoptará una actitud exigente para los países más débiles de la zona del euro, pidiendo más reformas en materia fiscal. Esa era la actitud que hubiese, seguramente, adoptado Weber.

A pesar del silencio de Merkel, las autoridades económicas alemanas ya dieron la semana pasada el visto bueno a Draghi.

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