Pocos artistas representan con tanta propiedad la figura del escritor de canciones con mayúsculas como lo hace el bardo italiano Gino Paoli. Aunque sólo fuera por su inmortal ‘Sapore di Sale’ ya tendría un sitio indiscutible en la historia de la música popular. Pocos artistas representan con tanta propiedad la figura del escritor de canciones con mayúsculas como lo hace el bardo italiano Gino Paoli. Aunque sólo fuera por su inmortal ‘Sapore di Sale’ ya tendría un sitio indiscutible en la historia de la música popular.
Por supuesto, ese ‘hit’ multivendedor y básico en el repertorio de los ‘cantantes de ducha’ de medio planeta, no es la única perla cultivada con mimo en la factoría de Paoli. El listado de temas impresionantes que ha compuesto este tipo es demasiado amplio para reproducirlo aquí.
Pero Paoli representa un tiempo y un espacio, mítico y ¡ojala no perdido!, en que la Europa que no canta en inglés tenía su sitio en las listas del mundo entero. Y hasta había artistas como él mismo o Jacques Brel que eran citados como referencias por genios anglosajones como el gran David Bowie.
A sus 81 años y aún en activo, Paoli ha vuelto a ser reivindicado por las nuevas generaciones de artistas mediterráneos que buscan inspirarse en modelos propios, para que la música popular de estas tierras diversas vuelva a ser respetada.
Por eso, proliferan últimamente los homenajes que celebran la supervivencia del legado de Gino y con él, la existencia en plenos años sesenta del pasado siglo y en dura competencia con los Beatles o los Kinks, de una generación de artistas pop que fue capaz de ‘fabricarse’ un espacio propio.
Este año, por ejemplo, Paoli ha recibido el premio de honor del festival La Mar de Músicas de Cartagena, por «haber inundado el mundo con sus sencillas melodías y extraordinarias canciones, durante más de medio siglo. Por su compromiso con el amor y la belleza”. Se lo merece, desde luego.
