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Fernado Lugo pide ayuda a Lula da Silva sobre el acuerdo de Itaipú

El presidente paraguayo Fernando Lugo confía en que el congreso brasileño apruebe el acuerdo sobre Itaipú. Los puntos de dicho acuerdo se firmaron el pasado 25 de julio entre Lugo y su homólogo brasileño, Lula da Silva. Con el tratado, se ponía fin a la disputa que, durante décadas, han mantenido ambas naciones y que se ha convertido en el eje central de la política del mandatario guaraní. Si la iniciativa sale adelante, se respondería a las demandas que Paraguay tiene desde hace años de comercializar libremente con distribuidores de energía brasileños el excedente energético que no utiliza para el consumo interno. El presidente paraguayo Fernando Lugo confía en que el congreso brasileño apruebe el acuerdo sobre Itaipú. Los puntos de dicho acuerdo se firmaron el pasado 25 de julio entre Lugo y su homólogo brasileño, Lula da Silva. Con el tratado, se ponía fin a la disputa que, durante décadas, han mantenido ambas naciones y que se ha convertido en el eje central de la política del mandatario guaraní. Si la iniciativa sale adelante, se respondería a las demandas que Paraguay tiene desde hace años de comercializar libremente con distribuidores de energía brasileños el excedente energético que no utiliza para el consumo interno.

Fernando Lugo ha opinado en un acto en su país que el Congreso brasileño estará a la misma altura que el paraguayo, es decir que aprobará el convenio suscrito en verano por los dirigentes de ambas naciones vecinas tal y como han hecho ya en el ente legislativo de Paraguay.

Dentro de lo acordado, se incluye elevar la compensación que paga Brasil en la actualidad a Paraguay por la cesión de la parte de energía que le corresponde, de 120 millones de dólares anuales a 360 millones (algo más de 250 millones de Euros), lo que supone el triple de lo que recibían hasta ahora.

El Tratado original de Itaipú, firmado en 1973 cuando ambos países estaban gobernados por dictaduras, estipula que la energía que produce la planta sea dividida en partes iguales, es decir el 50% para Brasil y el otro 50% restante para Paraguay.

En ese momento, se fijó que cada país debía utilizar lo que le correspondiese para abastecer su mercado interno, y la energía restante no consumida debería venderla al otro socio, pero no al precio del mercado, sino al establecido en el tratado.

Lo que ocurre, es que el único país con excedentes es Paraguay, ya que sólo necesita el 4% de su parte para el consumo interno, y se ve obligado a entregárselos a Brasil a bajo precio, sin poder venderlo en el mercado a otros países.

Tras los acuerdos firmados en julio pasado, el gobierno brasileño de Lula da Silva reconoció por primer vez, que la Administración Nacional de Electricidad (Ande) empresa estatal paraguaya encargada de la distribución de electricidad, puede comercializar la energía paraguaya de Itaipú a otros países. En el escrito se incluye que esto se dará de forma gradual y que Brasil tendrá preferencia en la compra de la energía paraguaya.

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