El secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, consideró hoy que la apertura del diálogo entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) «es la pieza que faltaba al rompecabezas de la paz». El secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, consideró hoy que la apertura del diálogo entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) «es la pieza que faltaba al rompecabezas de la paz».
El ex presidente colombiano (1994-1998) apuntó a la prensa en Ecuador que la Unasur hace un acompañamiento de este proceso de paz, que se inicia el jueves en Quito, y anunció que el jueves estarán presentes representantes de varios países de la Unión como Brasil, Chile y Venezuela.
En tanto, el ministro de Defensa de Ecuador, Ricardo Patiño, señaló que su país brindará la seguridad necesaria para el desarrollo de los diálogos.
«Vamos a dar la seguridad y también ofrecer las condiciones de discreción adecuadas» para el diálogo, que se dará en una antigua hacienda en las cercanías de Quito, dijo el ministro.
Las televisoras locales difundieron imágenes de los escenarios donde se efectuarán los encuentros.
El local de la apertura oficial es un museo en Quito, erigido por el fallecido artista Osvaldo Guayasamín, denominado ‘La Capilla del Hombre, ubicado en una de las colinas del norte de la capital ecuatoriana.
Este jueves se hará la instalación formal de la mesa de diálogo, que busca acabar con 52 años de confrontación entre el Estado y ese grupo guerrillero, aunque la negociación en sí empezará el 3 de noviembre en la capital ecuatoriana.
Desde esa fecha los diálogos se trasladarán a la hacienda Cashapamba, nombre quechua que significa «llanura de espinos», de propiedad de la Universidad Católica, utilizada para seminarios, encuentros y actividades recreativas.
El Gobierno y el ELN definieron que la agenda de diálogo tendrá seis puntos: participación de la sociedad, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas del conflicto armado, fin de la confrontación e implementación de lo acordado.
Se prevé que esta vez el Gobierno no propondrá que el acuerdo sea refrendado mediante un plebiscito, como lo hizo en el caso de las FARC y que al final le representó un revés inesperado.
