El Gobierno uruguayo ha calificado de “infundada” la decisión del Ejecutivo argentino de denunciarle ante la Corte Internacional de Justicia por haber autorizado un aumento de producción en una planta de celulosa que fue centro de un pleito diplomático. El Gobierno uruguayo ha calificado de “infundada” la decisión del Ejecutivo argentino de denunciarle ante la Corte Internacional de Justicia por haber autorizado un aumento de producción en una planta de celulosa que fue centro de un pleito diplomático.
El Gobierno de Cristina Fernández anunció el pasado viernes que planeaba denunciar de inmediato al país vecino ante La Haya, después de que las autoridades uruguayas avalaran el alza de 100.000 toneladas en la producción anual de la planta de la finlandesa UPM-Kymmene, según recogen Reuters y Europa Press.
«La decisión de su Gobierno de recurrir a la Corte (…) además de ser desproporcionadamente costosa, es infundada y atenta contra el principio de cumplimiento de buena fe de los tratados internacionales», ha criticado el canciller uruguayo, Luis Almagro, en una carta enviada a su homólogo argentino, Héctor Timerman.
Los desencuentros entre Argentina y Uruguay por esta planta de celulosa se remontan a varios años atrás. Buenos Aires, que asegura que la instalación contamina un río limítrofe, ya había llevado el caso a La Haya cuando comenzó la construcción de la planta sobre la ribera uruguaya.
En el 2010, el tribunal dictaminó que no había indicios de que la planta contaminara al río Uruguay, pero indicó que Montevideo había violado un acuerdo binacional al no consultar a Buenos Aires antes de permitir la construcción, que representó una de las mayores inversiones en la historia uruguaya.
Después de exigirle una inversión de 6 millones de dólares a la fábrica para mejorar el tratado de sus desechos, Uruguay le dio el visto bueno el jueves a la pastera para producir hasta 1,3 millones de toneladas por año.
Ante el anuncio de Argentina, el ministro uruguayo dijo en la carta divulgada el sábado por la noche que su país cumplió oportunamente con las consultas previstas en el Estatuto del Río Uruguay para consensuar los niveles de producción y que fue Argentina quien no respetó con los plazos estipulados.
De hecho, UPM no ha descartado construir una segunda planta de celulosa en Uruguay, esta vez ubicada en el este del país. En Uruguay también se encuentra instalada Montes del Plata, de la finlandesa Stora Enso y la chilena Arauco, que días atrás recibió el visto bueno de las autoridades locales para poner a funcionar su fábrica.
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