Dorian

¿Ya ha pasado una década? A más de uno se le habrá pasado en un suspiro. Como me sucede a mí. Y quizá también a Dorian, uno de los grupos españoles habitantes del llamado territorio ‘indie’ que más éxito ha obtenido en los últimos tiempos. ¿Ya ha pasado una década? A más de uno se le habrá pasado en un suspiro. Como me sucede a mí. Y quizá también a Dorian, uno de los grupos españoles habitantes del llamado territorio ‘indie’ que más éxito ha obtenido en los últimos tiempos.

Supongo que echar la vista atrás es bueno de vez en cuando. Y más en casos como este, en el que la apuesta realizada ha sido coronada con el éxito. Hace algo más de una década, cuando la banda dio sus primeros pasos, la posibilidad de mezclar la electrónica con el pop y tener éxito parecía, simplemente una locura.

O quizá algo peor. Un remoto remedo del mundo ‘viejuno’ que se movía alrededor de las vetustas, y olvidadas, estrellas del tecno pop de los ochenta. La cosa han se ponía más peliaguda si hablábamos de una banda catalana, que se empeñaba en cantar en castellano.

Sin embargo, se dice que la fortuna sonríe a los audaces. Y eso es lo que ha sucedido en este caso. Con una virtud añadida. Se trata de un grupo que, desde el principio, ha mantenido una conexión sincera y esforzada con el público de Latinoamérica, donde también poseen una legión de fieles seguidores.

Así que parece lógico que ahora, hayan decidido hacer un alto en el camino y editar ’Diez Años y Un Día’. Un disco en el que presentan algunas de sus canciones más conocidas con un nuevo formato basado en los arreglos orquestales, junto a un par de temas nuevos compuestos para la ocasión.

Y, aunque, Dorian no sea exactamente eso, puede ser una buena forma de tomar contacto con el trabajo de la banda. Algo que también puede hacerse acudiendo a los conciertos previstos para presentar este trabajo que pasarán, claro, por las principales capitales españolas. Y por otros enclaves más remotos como México, Perú o Inglaterra.

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