La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha reconocido que las cosas no están del todo de bien en la economía del país debido al alza de la inflación. A pesar de ello, ha subrayado que los precios están bajo control y que no habrá crisis en el año 2015. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha reconocido que las cosas no están del todo de bien en la economía del país debido al alza de la inflación. A pesar de ello, ha subrayado que los precios están bajo control y que no habrá crisis en el año 2015.
En concreto, la mandataria ha asegurado en una cena con mujeres periodistas de diarios nacionales en el palacio de la Alvorada que “es absurda esta historia de decir que va a explotar en 2015, es ridícula”.
Durante su discurso, defendió la gestión que ella y su equipo al frente del Gobierno brasileño. “Es un país sólido, con estabilidad económica, una industria sofisticada, muy atractiva para el capital internacional”.
En cifras, la inflación acumula un avance del 6,15% en los últimos doce meses. Dicho guarismo se acerca peligrosamente al 6,5% que es el máximo tolerable por el Ejecutivo. En la cena, la política ha aprovechado para criticar la propuesta de un sector opositor que pide reducir la meta de inflación al 3%.