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Cuba aspira a convertirse en una ‘parada obligada’ para las grandes giras mundiales

Una vez pasado el polémico concierto de Juanes en La Habana, todas las miradas se dirigen ahora hacia el próximo movimiento del Ministerio de Cultura cubano, con Abel Prieto al frente. Detrás de las aspiraciones del ministro podría estar la de convertir a Cuba en un lugar de paso obligado para las giras de las grandes estrellas internacionales. Los macroconciertos de pago son una gran fuente de ingresos directos con la venta de entradas, impuestos y los derechos de autor, además degenerar ganancias en sectores como el hostelero, el transporte, y el comercio al por menor, entre otros. Una vez pasado el polémico concierto de Juanes en La Habana, todas las miradas se dirigen ahora hacia el próximo movimiento del Ministerio de Cultura cubano, con Abel Prieto al frente. Detrás de las aspiraciones del ministro podría estar la de convertir a Cuba en un lugar de paso obligado para las giras de las grandes estrellas internacionales. Los macroconciertos de pago son una gran fuente de ingresos directos con la venta de entradas, impuestos y los derechos de autor, además degenerar ganancias en sectores como el hostelero, el transporte, y el comercio al por menor, entre otros.

El movimiento de dinero es mucho mayor de lo que muchos se imaginan. Este mismo año, por ejemplo, un informe del Bizkaia Arena cuantificaba en 2.620 millones de euros el impacto económico generado en términos de PIB por la actuación de los australianos AC/DC en Bilbao.

Sin embargo, en los últimos nueve años, sólo tres artistas anglosajones relevantes han pasado por Cuba y pertenecen más bien a las ligas intermedias. Los británicos ‘Manic Street Preachers’, el teclista británico Rick Wakeman y la banda de rock duro ‘Audioslave’.

Según fuentes habaneras, managers cubanos ya han viajado a España para empaparse de los esquemas de producción y funcionamiento de macrofestivales como el FIB de Benicasim o la franquicia ‘Rock in Rio’ y creen tener capacidad para organizar un evento de estas características.

Aunque aún se mantiene en un discreto segundo plano, de momento, Prieto se ha asegurado una compensación para los artistas de la Isla que no han optado por desertar y que sí podrán conseguir algo gracias a esta gran operación de ingeniería diplomática que se ha generado gracias a Juanes.

Nada menos que los visados y las autorizaciones necesarias para actuar en EEUU. Varios promotores del país norteamericano ya habrían concretado para este otoño las fechas de algunas giras de artistas de la Isla como los Van Van, según las informaciones publicadas por la revista ‘Billboard’.

Por ahora, el ministro dejará que el protagonismo recaiga en los responsables de la organización, como el director artístico, que es el veterano cantautor Amaury Pérez, o el vicepresidente del Instituto Cubano de la Música, Osmany López.

Todo apunta a que este plan de apertura controlada tendrá las mismas características que los que se han puesto en práctica en otras áreas como el turismo. Se irá paso a paso y la primera fase consistirá en restituir el tipo de intercambios culturales que ya fueron habituales en otros periodos presidenciales demócratas.

Lo que es evidente es que algunos touroperadores y agencias de viajes cubanos también aspiran a seguir con la tendencia iniciada con Junaes.

Muchas de estas compañías quisieron aprovechar el macroconcierto por la paz como reclamo publicitario de sus paquetes turísticos hacia la Isla, como la firma cubana Solways , que comercializó por Internet una oferta que combina la asistencia al evento musical del año con una estancia de tres noches en el hotel Tryp Habana Libre en régimen de pensión completa más una visita guiada por La Habana.

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