El Consejo de Estado de Colombia condenó hoy a la nación por el asesinado del periodista y humorista Jaime Garzón, ocurrido hace 17 años, quien no recibió protección pese a que haber sido declarado «objetivo militar» por un desaparecido grupo paramilitar. El Consejo de Estado de Colombia condenó hoy a la nación por el asesinato del periodista y humorista Jaime Garzón, ocurrido hace 17 años, quien no recibió protección pese a que haber sido declarado «objetivo militar» por un desaparecido grupo paramilitar.
El alto tribunal ordenó el pago de más de 700 millones de pesos (unos 237.000 dólares) a los familiares de Garzón, así como el ofrecimiento de excusas y la aceptación de su responsabilidad en un acto solemne de parte de la Policía y el Ejército en un plazo no mayor a dos meses.
«Es claro para la sala, de acuerdo con el material probatorio recaudado, que en la época y el lugar de los hechos se presentaron actos de la más alta gravedad, en los que miembros de las fuerzas regulares del Estado se aliaron con grupos al margen de la ley, paramilitares, para permitir y coadyuvar la actividad delictual de estos últimos», señaló el fallo.
La sentencia aseguró además que «está probado que el atentado contra Garzón fue producto de una violación sistemática a los derechos humanos y de persecución de los que eran blanco algunos líderes de izquierda», por lo que calificó el hecho como «una ejecución extrajudicial considerada como crimen de lesa humanidad».
«Se ha probado que el ex subdirector de inteligencia del extinto DAS (servicio secreto) José Narváez y el ex jefe de inteligencia de la Brigada 13 del Ejército general Jorge Plazas no solo adelantaron seguimientos contra el comediante, sino que compartieron la información recolectada con el ex comandante de las Autodefensas (Unidas de Colombia, AUC) Carlos Castaño, a quien sugirieron ordenar el homicidio», agregó el texto.
El asesinato fue cometido el 13 de agosto de 1999, cuando el periodista fue atacado por sicarios en momentos en que se dirigía en su camioneta a una estación de radio de Bogotá en la que trabajaba.
Garzón fue ampliamente conocido en el país por programas de televisión en los que actuaba como humorista y a través de varios personajes abordaba temas de tipo político y social.
Castaño, quien fuera el máximo líder de las AUC, que operaron desde los años 80 y se desmovilizaron entre 2003 y 2006, confesó en un libro que escribió en la clandestinidad que ordenó el asesinato de Garzón porque lo consideraba cercano a la guerrilla de las FARC.
El ex jefe de las AUC nunca pagó por el crimen, pues fue asesinado en 2004 en el marco de rencillas internas dentro del grupo paramilitar que dirigía.
Según el testimonio de un ex miembro de las AUC conocido con el alias de «Don Berna», en el asesinato participaron militares, policías y paramilitares, y después se puso en marcha un plan para borrar evidencias con la muerte de quienes actuaron en la operación contra Garzón, en el que intervinieron altos mandos de la Policía.
