La reforma educativa de la presidenta Michelle Bachelet lleva un mes golpeando Chile. La incapacidad del Gobierno y el sector educativo de llegar a un acuerdo hace que aquellos a quien ambos decían defender, los estudiantes, lleven más de un mes sin acudir a clase debido a la huelga del profesorado. La polémica reforma educativa de la presidenta Michelle Bachelet lleva un mes golpeando Chile. La incapacidad del Gobierno y el sector educativo de llegar a un acuerdo hace que aquellos a quien ambos decían defender, los estudiantes, lleven más de un mes sin acudir a clase debido a la huelga del profesorado.
Durante este tiempo, se han organizado muchas manifestaciones por todo el país. En todas ellas, y a través de otros medios como las redes sociales, los estudiantes y los profesores no han dejado de repetir que la reforma educativa del Gobierno no es más que un conjunto de parches que no va a solucionar los problemas reales de la educación en Chile.
Entre otras cosas, los profesores se han mostrado en desacuerdo con un artículo de la reforma que regulará la carrera docente, y que establecerá que los maestros que se presenten a unas pruebas de certificación para que se les acredite como profesionales del sector. Consideran que es una parte del proyecto que debe retirarse inmediatamente de la reforma educativa y de las conversaciones que están teniendo lugar en el Congreso.
Tanto educadores como alumnos no están de acuerdo en que la gratuidad recogida por la ley no sea aplicable a todos los niveles de educación chilena y se han mostrado en más que descontentos con el comportamiento del Ministerio de Educación que, a su modo de ver, no ha cedido un ápice.
Han señalado que era muy difícil ser recibidos por el ministro Nicolás Eyzaguirre y cuando lo conseguían no sentían que se avanzara en ningún sentido. Muchos de ellos llegaron a señalar que no estaba hecho para el puesto y también fue algo que pareció compartir la propia presidenta, que tomó la decisión sustituirlo por Adriana Delpiano. La nueva responsable de la cartera lleva poco tiempo en el cargo pero ya se ha hecho merecedora de las iras de los estudiantes.
La razón que los ha llevado a ello ha sido que se ha mostrado inflexible al anunciar que no se reunirá con ningún representante hasta que dejen la huelga. No piensa hablar con ellos, y deberá ser en el Parlamento chileno, hasta que dejen los paros.
Un cambio de rumbo al que los docentes no están acostumbrados porque siempre tildaron a su antecesor de ser poco claro. En este caso, no podrán quejarse del mismo motivo, porque ha quedado claro que la nueva ministra quiere acabar con el problema lo más pronto posible y llega pisando fuerte.
En cualquier caso, y más allá de consideraciones de este tipo, hay una cosa que está clara y es que hay estudiantes que siguen sin asistir a clase. La reforma, que según Bachelet acabará con el lucro en la educación, está resultando una auténtica rebelión pues los manifestantes han conseguido que más de un millón de estudiantes se queden en casa. No cabe duda de la necesidad de modificar la legislación educativa, pues el actual está vigente desde la dictadura de Pinochet, cuando la enseñanza universitaria quedó privatizada por completo.
Habrá que esperar para ver qué ocurre con los nuevos cambios en el Ministerio de Educación, aunque el sector educativo sigue jugando fuerte y ha pedido una reunión con la presidenta Bachelet, que se encuentra en sus horas más bajas de popularidad.
