Concretamente, el cometido de este bono es ayudar a lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de la ONU, Agua Limpia y Saneamiento, promoviendo mejores medios de vida y empleos, así como la conservación de los océanos.
Los bonos azules pueden brindar financiación a numerosas empresas que tienen un impacto positivo, incluidas empresas ubicadas cerca de masas de agua, empresas terrestres que respaldan la salud del ecosistema oceánico y proyectos de agua y saneamiento.
Los bonos azules son especialmente relevantes para América Latina y el Caribe, con gran parte de su población viviendo en áreas costeras. El Caribe alberga 23 países pequeños e insulares rodeados de costas y que son especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático. «Con este segundo bono azul, BID Invest continúa promoviendo un enfoque innovador para financiar la acción climática y atraer nuevos inversores a la región», han explicado desde el grupo BID.
En estos momentos, los bonos azules están emergiendo como una forma innovadora de financiar soluciones relacionadas con el océano y el agua, crear oportunidades comerciales sostenibles y señalar al mercado una gestión responsable de los océanos.