El informe final de 258 hojas, elaborado por la empresa Systra, fue entregado a las autoridades de la Ciudad de México y publicado por el portal de noticias Animal Político.
Las autoridades capitalinas conocían las deficiencias de la construcción del viaducto elevado, las cuales incluían «problemas de drenaje y fugas, fisuras y grietas, irregularidad de geometría, defectos de nivel de los tramos adyacentes e incluso, variación de color del concreto de las estructuras prefabricadas que se utilizaron».
El recorrido de inspección se llevó a cabo el 12 y 13 de mayo de 2014, hace exactamente siete años, mientras el viaducto elevado había sido cerrado a los usuarios porque se había detectado un «desgaste ondulatorio prematuro en las vías».
Esta verificación en campo se llevó a cabo desde el inicio de la parte elevada de la Línea 12, que fue inaugurada durante la administración capitalina del actual canciller Marcelo Ebrard (2006-2012), con atención particular al segmento entre las estaciones Olivos y Tlaltenco, que se derrumbó.