La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha revelado este martes un ambicioso plan financiero para Petróleos Mexicanos (Pemex), la compañía petrolera más endeudada del mundo.
Acompañada de su gabinete energético y del titular de la empresa, Sheinbaum desgranó una estrategia a 10 años (2025-2035) que busca garantizar la viabilidad de la estatal, rebajar su carga tributaria y lograr su autonomía fiscal en 2027. El anuncio marca un punto de inflexión para el futuro energético del país y supone una continuidad con cambios respecto a la política energética de Andrés Manuel López Obrador.
Menos impuestos y más ingresos para la petrolera
Uno de los ejes centrales del plan es la drástica reducción de impuestos para Pemex. El conocido como régimen de “derechos petroleros para el bienestar” bajará la carga fiscal de la petrolera del 65% en 2019 al 30% durante esta administración, con una tasa aún más baja del 12% para la producción de gas asociado al petróleo.
Este recorte permitirá que la empresa retenga más ingresos propios para invertir y pagar sus deudas, con el objetivo de que en 2027 no dependa ya del respaldo financiero del Gobierno.
“Para 2027, Pemex no va a necesitar apoyo de Hacienda, porque en 2025 y 2026 tiene que pagar amortizaciones muy altas, pero después, gracias al trabajo hecho, podrá operar sola”, aseguró Sheinbaum
Respaldo de Hacienda hasta 2026
Durante los dos primeros años de la estrategia, Hacienda respaldará financieramente a Pemex para que haga frente a sus obligaciones más inmediatas. Este apoyo se canaliza en dos frentes: reducción de deuda financiera y comercial, y financiamiento de inversión productiva, este último únicamente en 2025.
El secretario de Hacienda, Édgar Amador, explicó que la visión ya ha comenzado a materializarse. La semana pasada se emitieron bonos por 12.000 millones de dólares, con vencimiento en 2030 y una tasa fija del 5,5%. Esta operación permitió que Fitch Ratings mejorara la calificación crediticia de Pemex, que pasó de B+ a BB, algo que no ocurría desde hace 11 años.
“Hemos logrado construir una visión de futuro para Pemex, con una revisión minuciosa de los números, desde la producción hasta la contabilidad”, subrayó la presidenta
Reducción de deuda y compromiso a largo plazo
Según Amador, desde 2018 hasta 2025 se habrá logrado una reducción del 16% en el saldo de la deuda de la petrolera. Con la estrategia planteada, en 2030 la deuda será 26% menor respecto al saldo heredado en 2019.
A pesar de los avances, Pemex arrastra aún una deuda total de 98.000 millones de dólares, incluyendo 6.400 millones en pagos pendientes a proveedores. Estas cifras la colocan como la petrolera más endeudada del mundo, una situación que el plan busca revertir en el mediano plazo.