«Para la totalidad de 2022, el valor de los ingresos por remesas fue de 58.497 millones de dólares, monto mayor al de 51.586 millones de dólares reportado en 2021, que significó un avance anual de 13,4 por ciento», informó el Banco de México (Banxico, central) .
El monto reportado en 2021 era el máximo registrado en 26 años de estadísticas del banco estatal.
En contraste, las remesas enviadas por residentes en México al exterior registraron una disminución anual de 3,3 por ciento, al alcanzar un nivel de 110 millones de dólares.
Durante 2022, el 98,9 por ciento del total de los ingresos por remesas se realizó a través de transferencias electrónicas.
Las remesas efectuadas en efectivo y «money orders» representaron el 0,8 y 0,3 por ciento, respectivamente.
El monto total registró el año pasado 455 y 175 millones de dólares, en el mismo orden.
En cuanto al número total de operaciones, estas aumentaron casi 10 por ciento, al pasar de 136,6 millones de transferencias a 150 millones de operaciones financieras.
La remesa promedio de 2022 fue de 390 dólares por cada transferencia, detalla Banxico.
Las remesas proceden sobre todo de trabajadores migrantes que envían dinero a sus familias en zonas de menor desarrollo en México y estimulan el pequeño consumo de familias de bajos ingresos.
El Gobierno calcula que los destinatarios de las transferencias bancarias son aproximadamente 10 millones de familias pobres de zonas rurales, casi la tercera parte de un total de 35 millones de núcleos familiares en todo el país.
El Banco Mundial estima que las remesas crecieron más de 20 por ciento en toda América Latina y el Caribe en 2021, a un máximo histórico de 126.000 millones de dólares, y que México recibió más del 40 por ciento de ese monto.